No ha merecido el título de Lord, pero Octavio Estrada es hoy, sin duda, el mejor ejemplo de cómo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, antes la aterradora CNTE, pierde simpatías, adeptos y, sobre todo, poder. Son menos ya los que le temen a la madre de los profesores democráticos.

La escalada de golpes la viene recibiendo la CNTE desde hace tiempo, pero en los últimos meses se ha recrudecido, y bien. La gente está harta de las movilizaciones, de los bloqueos, de que les afecten la cotidianeidad de sus vidas, en su trabajo y hasta en el ámbito social o recreativo.

Los tres estados que eran bastiones de la Coordinadora: Oaxaca, Michoacán y Guerrero, sufren un sangrado paulatino, constante, que cada vez deja más expuesta al ala democrática de la fuerza magisterial mexicana.

Mientras ellos insisten que siguen siendo lo que fueron, episodios como el de Octavio Estrada, profesor de sexto grado de la escuela primaria Leona Vicario de Oaxaca, situada precisamente en uno de los estados presumidos como bastión de la CNTE, le dan al traste a los centistas.

El hombre de poco más de 50 años de edad, reta al tiempo y a los democráticos y, valiéndole tres centavos las cosas, sale y da clases en la calle, luego de que su escuela cerrara en apoyo a la movilización democrática.

Octavio no les tiene miedo a sus compañeros democráticos a pesar de las críticas y hasta las amenazas de muerte que ha recibido desde que un medio descubrió cómo, hace unos días, decidió retar a la coordinadora brindando clases a sus chamacos.

Aquí lo importante también es que los padres de los alumnos de Octavio, tampoco le temen a la CNTE ni a sus manifestaciones y llevaron a sus hijos a la aula a la intemperie.

Lo que sucede en Oaxaca, aunque sea un solo profesor en esta actitud, marca a la Coordinadora y la saca de casillas, de ahí la reacción de muchos de sus seguidores en contra del maestro Octavio.

La escalada contra los democráticos en entidades que eran solo suyas, como Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas, crece; abona definitivamente la promesa de descuento salarial a casi 19 mil profesores, que anunció el titular de la SEP, Aurelio Nuño.

Por lo pronto, en su penúltima convocatoria nacional, las estadísticas de la baja convocatoria, son claras: en Oaxaca respondieron al llamado mil 320 planteles de más de 12 mil 900 que hay en esa entidad; y de los 55 mil docentes que están registrados en el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) faltaron a clases 9 mil 883, es decir 18% de los maestros, según informó la Secretaría de Educación.

En Guerrero y Chiapas la participación también decreció de manera preocupante (para la CNTE), en la primera entidad sólo 36 escuelas de las más de 12 mil 300 suspendieron; mientras que en Michoacán, apenas el 17 por ciento de los planteles cerraron las puertas.

La sintomatología que presenta la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación no es de difícil diagnóstico: el padecimientos es crónico, degenerativo y, de seguir como van las cosas, mortal por necesidad.