[gdlr_text_align class=”right” ][gdlr_heading tag=”h5″ size=”26px” font_weight=”bold” color=”#ffffff” background=”#FA5858″ icon=” icon-quote-left” ]El PRI puede estar tranquilo con respecto al balance final que podría presumir a partir del 6 de junio.[/gdlr_heading][/gdlr_text_align]

Elecciones 2016

Dentro de dos domingos, el 5 de junio, México vivirá un proceso electoral en una docena de entidades que se antoja definitorio de cara a los comicios de 2018. Sin embargo, los partidos mayoritarios, los minoritarios e incluso los llamados candidatos independientes poco se han preocupado en llevar a sus electores potenciales propuestas medulares y de calado trascendental, lo que en definitiva ha convertido estas llamadas “elecciones intermedias” (nuevamente) en un bochornoso circo de tres pistas en el que el lodo ha volado en todas direcciones, salpicando a todas y a todos aquéllos que aspiran a un puesto de elección popular.

Sin embargo, afortunadamente ha habido muy valiosas excepciones a la regla durante este periodo proselitista el que casi todos le han apostado a la descalificación, al engaño, a la calumnia y a la mentira. Caso concreto, como botón de muestra, podemos tomar lo que está realizando el priista Mauricio Góngora en Quintana Roo, quien pian pianito y con base en mucho trabajo (de él y su equipo) ya le saca en las encuestas una muy buena ventaja a su más cercano perseguidor, el abanderado de la alianza PAN-PRD, Carlos Joaquín. Y este margen, sin ser tan escandaloso como el que ya le saca en Hidalgo el senador priista con licencia Omar Fayad al panista Francisco Xavier Berganza (38.5% contra 13.6%, una diferencia ya definitiva), que es de 48% contra 36% a favor de Góngora, arroja que los quintanarroenses expresarán en las urnas su deseo por quien puede darle continuidad al buen trabajo que ha realizado el gobernador Roberto Borge Angulo.

Y haciendo cuentas, porque a estas alturas ya casi es lo único que queda por hacer de cara a la jornada electoral, en definitiva el PRI puede estar tranquilo con respecto al balance final que podría presumir a partir del 6 de junio, porque además de Quintana Roo e Hidalgo, seguramente el tricolor acabará levantando el brazo (en señal de triunfo) en Sinaloa, con Quirino Ordaz Coppel, quien recuperará esta entidad para el priismo tras la desastrosa gestión de Mario López Valdez, que pasará a la historia como uno de los peores gobernadores en la historia sinaloense; y también en Oaxaca, otra entidad que reconquistarán con un Alejandro Murat Hinojosa, quien con todo y algunos señalamientos, acabó acaparando la preferencia del sufragio de los oaxaqueños, quienes esperan con mucho ánimo que los días de alternancia por fin terminen en su estado.

La misma suerte correrá el PRI en Chihuahua y en Tamaulipas, donde Enrique Serrano Escobar y Baltazar Hinojosa, respectivamente, han aguantado los embates de sus adversarios, quienes incluso descaradamente han conformado frentes “anti-PRI” para descarrilar de su objetivo a los abanderados del tricolor, quienes prácticamente pasaron de largo ante la tentación de responder con bajezas a los ataques lanzados por panistas, perredistas e incluso independientes. Sobra decir que en estas dos entidades las encuestas también favorecen a los priistas.

 

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