Seguramente han visto películas donde un agresor entra a una casa atacando directamente a sus ocupantes. Ya no es cosa de cine, es una realidad. En Francia, un atacante suicida consagrado al llamado Estado Islámico (ISIS) irrumpió en una casa donde vivía un policía y su familia. Según medios franceses, el asesino se ocultó cerca en la puerta y aguardó a que llegara el oficial, cuando éste entraba a su domicilio fue apuñalado a muerte.
Posteriormente, el intruso penetró en la casa y mató a la esposa. El atacante fue un joven francés de 25 años llamado Larossi Abballa, cuyos registros indican que se adhirió en 2013 a un grupo jihadista en Afganistán y Pakistán. El policía asesinado fue Jean Baptiste, comandante de la policía del distrito de Mureaux, al norte de París. Su esposa Jesica trabajaba en la comisaría de Mantes La Jolie, curiosamente de donde proviene el islamista radical que la mató. Posteriormente, Larossi se atrincheró en la casa reteniendo como rehén al hijo de la pareja hasta que las fuerzas especiales francesas lograron ingresar al domicilio para rescatar al pequeño de tan solo tres años. El homicida todavía tuvo tiempo de enviar un video a través de redes sociales, reivindicando el ataque.
El presidente francés Francois Hollande calificó la acción como un acto terrorista”. Este ataque tiene lugar dos días después de que otro atacante islamista se atribuyera una masacre ocurrida en el club Pulse, en el que murieron 49 personas y más de 50 resultaros heridas, en Orlando, Estados Unidos.