(Segunda y última parte)
Un doble presagio atina en la ficción y en la realidad. El relato “El Maleficio”, del escritor, abogado, juez, político y académico mexicano José Martínez Sotomayor, parece que finalmente se cumple: las maldiciones de la tía bruja del protagonista golpean el destino de Marcos, como él se convence, y, por otro lado, en la realidad, el intérprete José José vive una circunstancia muy parecida a la del personaje de Martínez Sotomayor: ambos cantantes consiguen el éxito, se ven envueltos en el alcohol, entre varias mujeres pero será sólo una la que los atrape, ellos verán fracturadas sus carreras porque las cuerdas vocales son desgarradas y, por si fuera poco, los dos se harán llamar “El Príncipe de la canción”.
Del relato “El Maleficio”, del libro Trama de vientos. Cuentos y relatos completos (Volumen 2), dimos un panorama de su primera parte en la entrega anterior; aquí el resto, donde Marcos, el protagonista se fue acostumbrando a su vida nueva, en la que había desvelos, tragos y los malestares clásicos de las resacas; además de Columba, la mujer que lo abriga en todos sentidos, quien al darse cuenta del enorme provecho que saca don Lencho, increpa a Marcos sobre esa situación pero él justifica lo que hace su apoderado con los beneficios que recibe. La mujer lo comprende y terminan por ahondar en la infancia de Marcos, de la explosión (su padre era cohetero) donde murieron sus padres y sus hermanos, y por lo que quedó al “cuidado” de la tía bruja; tal descripción sobre ésta, contagia el miedo a Columba y así aumenta la comprensión. Esa nueva vida de dicha se fractura cuando Marcos amanece enfermo y casi sin poder hablar, entonces don Lencho lo lleva a atender pero todos los médicos coinciden en un dictamen final: “las cuerdas vocales desgarradas; un largo tratamiento que quizá podrían aplicarle en la Ciudad de México; increíble que pudiera volver a cantar…”. Marcos no culpa en ningún momento la vida que había llevado, sino a la tía bruja, se decía que no lo convirtió en algún animal pero le quitó todo lo que había logrado. Del miedo pasó a la rabia, entonces fue a conseguir un cuchillo que tenía una leyenda: “Si esta víbora te pica, no hay remedio en la botica”. Y se fue a su pueblo a buscarla, para terminar con ella, con el maleficio.
Desconozco de dónde José José toma el apelativo “El Príncipe de la canción”, el que le viene muy acorde pero ese apelativo se lo dio a un personaje José Martínez Sotomayor cuando José José rondaba los diez años de edad.

