“Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre”. Proverbio chino.
El 1 de julio de 1997 Hong Kong pasó de ser una colonia británica a una Región Administrativa Especial bajo la soberanía de China. Fue un hecho histórico que además de devolver un territorio que había sido ocupado desde la guerra del opio de 1839-1842, también fortaleció la actividad comercial de la demarcación, para convertirse en un centro financiero mundial además de ser uno de los principales puertos de salida de la exportación de ese país.
Bajo el esquema “Un país, dos sistemas” primero Hong Kong y posteriormente Macao mantuvieron cierta autonomía que les ha permitido ser un polo de desarrollo en la región de Asia- Pacífico. Parte de esta decisión le permitió mantener su moneda (dólar de Hong Kong) frente al Yuan chino; asimismo, pudo atraer al turismo ya que no pide visa a la mayoría de sus visitantes, caso contrario de lo que sucede en China.
El desarrollo económico de la región tuvo un impacto positivo en la calidad de vida de la población, ya que el Índice de Desarrollo Humano es muy alto (.910) en comparación con el registrado en la República Popular de China (.727). La esperanza de vida también es superior en la excolonia británica (83.48 años al nacer) contra el país continental (75.2), por lo que es uno de los indicadores más altos a escala mundial, por encima incluso de Japón.
Otra gran diferencia que el progreso de Hong Kong ha permitido destacar es que el Producto Interno Bruto (PIB) per Cápita que asciende a cerca de 55.1 mil dólares anuales en el cálculo de 2015 del Banco Mundial. Si bien es muy alto en comparación a China (13,206) muestra inferioridad respecto al promedio alcanzado por el cercano Macao (139,767). Pese a ello, y con sus cerca de ocho millones de habitantes, Hong Kong es, de acuerdo con la Organización Mundial del Comercio, uno de los mejores lugares del orbe para hacer negocios, además de ofrecer libertad económica y competitividad. Estas características han sido razones para que la demarcación superará la recesión de 2010-2011 y que su PIB ha tenido un crecimiento en los últimos años, con un porcentaje de 2.9% en 2013 y un estimado de 3.75% en 2014.
El dinamismo comercial de Hong Kong le permite que a pesar de tener un espacio reducido está dentro de las diez naciones más importantes tanto en exportaciones como en importaciones. Asimismo, la reincorporación a China doto de mayor dinamismo en el comercio de este país hasta convertirse en uno de sus principales puertos.
Parte de este bienestar se ve reflejado en la saturación de edificios de gran altura, lo que también contribuye a un espacio reducido, ya que la densidad poblacional en Hong Kong es mayor a seis mil 500 personas por kilómetro cuadrado. En esta ciudad existen cerca de 100 rascacielos mayores a 50 pisos, destacando el insigne International Commerce Center de 484 metros de altura (108 pisos), Two International Finance Centre (412 metros) o la torre de Bank of China (367.4 metros), entre otros. Esta combinación de poder económico con saturación urbana hace posible que la región sea una de las que tiene una concentración de edificaciones destacadas a escala mundial.
Si bien los indicadores económicos y de acceso a servicios hacen ver a Hong Kong como una región con excelente calidad de vida, incluso mejor que en China, también existen diferentes desafíos, ya que es una de las ciudades más caras para vivir en todo el orbe. Además, como toda metrópolis, tiene su cuota de contaminación, estrés, protestas sociales, saturación de servicios, entre otros problemas, plantean importantes desafíos a resolver con políticas públicas que deben ser eficaces a fin de mantener el ritmo de desarrollo intenso en el que se vive en la demarcación.
A veinte años de la cesión de soberanía británica a China de este territorio queda la reflexión de ¿Cuál es el futuro de Hong Kong? Paso a paso la demarcación se ha integrado con el gigante asiático, no obstante, el dólar de Hong Kong sigue teniendo una fortaleza internacional que le permite ser una de las monedas más demandas del mundo, pese a que el Yuan es una moneda competitiva en el mercado de exportaciones e importaciones. Además, el hecho de que cada moneda y billete que circula en Hong Kong está respaldado por su tipo de cambio en uno de sus bancos emisores no sólo le da certeza económica, sino que hace que en la demarcación sea una de las reservas más grandes de divisas extranjeras, en especial, el dólar estadounidense.
En el aspecto comunitario, actividades como la libertad de expresión, el acceso a internet, la libertad religiosa o los derechos sociales serán focos de tensión en las relaciones y vínculos sociales entre ambas naciones. La preocupación se hace más extensa si también incluimos a Macao, cuyo dominio portugués cesó en 1999 después de cuatro siglos de presencia europea. Sin embargo, en 30 años que termina el acuerdo de Región Administrativa Especial de Hong Kong serán otras generaciones con diferentes retos a los actuales quienes decidan hacia donde va una de las ciudades más prosperas de Asia.
*Doctor en Humanidades, Universidad Latinoamericana.