Ya está por demás denunciar y señalar las violaciones claras de la CNTE a los Derechos Humanos y Constitucionales de los mexicanos, cuando el Estado sigue arrodillado ante un grupúsculo de dirigentes mafiosos que además de coartar la educación de millones de niños., ahora han regresado sus viejas prácticas radicales de agredir, humillar y exhibir a los verdaderos maestros que no piensan como ellos.
Rubén Núñez Ginez, dirigente de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en Oaxaca, se pasea libremente entre los mítines a pesar de que existe una orden de aprehensión en su contra, mientras docentes que sí quieren estar frente a un aula son rapados y humillados públicamente como sucedió en el estado de Chiapas.
Por un lado exigen supuestos derechos laborales –fuera de toda legalidad, y por el otro, consuman hechos criminales en dónde impera también la impunidad.
Han retomado este modus operandi. No se les olvidó a muchos de ellos su capacitación paramilitar y de guerrilla que recibieron en los 80´s en Nicaragua y Guatemala. El enemigo es el que no está con ellos; el amigo, simplemente no existe.
La CNTE junto con otras organizaciones –lastres- deben ser ya tratados en base a sus actitudes, no a sus pobres ideales, luego de que han dado una muestra más de los que son capaces: rapar a maestros, directores y supervisores del sistema estatal por no apoyar el momento magisterial en Chiapas
Los trabajadores de la educación fueron detenidos por la fuerza y llevados sobre el Boulevard Belisario Domínguez hasta la Central de Abastos y los hicieron caminar descalzos.
Más humillante aún, que a los profesores, les colocaron cartulinas y les escribieran: “Nos pelonearon por traidores, soy maestro con sueldo doble, soy maestro vendido con el gobierno”.
A los docentes fueron detenidos cuando se dirigían a Tuxtla Gutiérrez a entregar documentación de profesores, que no participan en el movimiento magisterial.
Entre las víctimas de la violencia se encuentra Socorro Sosa López, directora de la escuela primaria Benito Juárez de Comitán y profesora con una carrera intachable, preparada y reconocida por varias generaciones como una de las mejores mentoras que han tenido.
Otra reconocida docente es María Dolores Ruíz Guillén, de quien su imagen también ha dado la vuelta al mundo, al ser otra de las mujeres y profesionistas vejadas por el despreciable accionar de la Coordinadora; pero eso no ha importado para las autoridades educativas ni de procuración de justicia. Siguen arrodillados ante la CNTE.
La Secretaria de Educación de Chiapas, Sonia Rincón Chanona, solo tuvo la capacidad limitada de decir tibiamente que ya no se permitirán más agresiones contra maestros y que sean vulnerados nuevamente los derechos de los maestros y maestras, cuando el daño ya estaba hecho.
Rincón Chanona ha olvidado, que un buen pilar educativo como las profesoras que fueron agredidas, así como violentadas en su calidad de mujeres y como docentes, seguirán siendo el pilar de la verdadera preparación de un niño, pilares de las próximas generaciones.
Lo más extraño es que las organizaciones feministas, ni la iglesia, ni las defensoras de Derechos Humanos, ni las expresiones políticas y organismos supuestamente exigentes del respeto al género, han hecho pronunciamientos alguno sobre este tipo de vejaciones, que deberían indignar a todo México.
¿Extraño?… claro que no. Aquí el asunto es que no pertenecen a sus comunidades, a sus greyes, a sus sectores o simplemente no responden a sus mezquinos intereses. Sin embargo, sí hay una obligación de las instituciones de seguridad, educativas y de procuración de justicia de hacer valer el estado de derecho. ¿No lo cree?…
Quepa pues, la condena y el repudio, a este tipo de actos delictivos, vandálicos y denigrantes, que laceran los Derechos Humanos y Constitucionales de verdaderos mexicanos, heroicos y ejemplares, que devengan su sueldo dentro de un aula, frente a un pizarrón y principalmente con la educación de un grupo de niños a cuestas.