Una visión hacia dentro del continente africano y de nuestro país a través del Índice Global de Paz (IGP) y del Indice de Paz en México (IPM) deja entrever coincidencias y disparidades. El índice, en la escala internacional y nacional, permite estudiar los factores sociales, políticos y económicos que favorecen la paz. A menor índice mejor situación de paz.
México se ubica en el lugar 144 de un total de 169 países en el Índice Global de Paz 2015 con una calificación de 2.530 en un rango que el Instituto para la Economía y la Paz (IEP) denomina como “nivel bajo”, lo que lo lleva a la última posición en la región de Centro América y el Caribe.
África subsahariana, por su parte, tiene una evaluación promedio de 2.199, lo que la sitúa como la región con menos paz en el mundo. La media corresponde a 44 países que también fueron evaluados como Mauritania (1.503) y Botsuana (1.597) en los lugares 25 y 31, respectivamente, o como la República Centroafricana (3.332) y Sudán del Sur (3.383) en los últimos sitios de la tabla, 158 y 159, correspondientemente.
Al revisar el índice de Paz de México 2016 a fin de ver el comportamiento entre los estados y buscar mayores similitudes, se aprecia la existencia de cinco entidades en el nivel más bajo: Baja California Sur, Baja California, Morelos, Sinaloa y Guerrero con calificaciones por encima de tres puntos. En África Subsahariana hay cuatro países con estos niveles de más de tres unidades, además de los dos ya señalados están Somalia y República Democrática del Congo, también en la cola del listado general.
Al comparar los mejores estados en México y las naciones más sobresalientes del África subsahariana, se observa que nuestro país suma nueve entidades en un “nivel alto” y una en “muy alto”; mientras que el continente prácticamente la dobla no sólo por el número de países en estas categorías sino por sus mejores índices, 18 de ellos tienen calificaciones debajo de dos puntos; mientras que nosotros sólo contabilizamos cuatro estados.
La versión para el año 2015 del IGP reporta una mejora en el desempeño del Continente negro, habla de avances significativos en Guinea-Bissau y Costa de Marfil, las dos mejores alzas en el mundo; debido a su evolución en seguridad social, en conflictos internos e internacionales, menores incidentes con grupos rebeldes y el desarrollo de procesos electorales exitosos. Otro país de buen comportamiento en el índice es Benín.
En el lado opuesto, se tienen cinco países con las caídas más estrepitosas. Djibouti, Níger, Nigeria, Somalia y Sudán del Sur que además de compartir posición geográfica, enfrentan la amenaza y acciones de grupos terroristas radicales islámicos como Boko Haram y Al Shabab, así como por la persistencia de conflictos internos y externos, en especial en Sudán del Sur que tras su independencia no ha logrado dirimir sus diferencias con Sudán.
México, al igual que África subsahariana, muestra una mejoría en el IPM; sin embargo, visto regionalmente presenta zonas con avances y otras que siguen con un comportamiento hacia la baja. Los estados que vieron un mejor comportamiento en el índice en los últimos cuatro años son: Nayarit, Durango Nuevo León y Chihuahua. Los peores: Querétaro, Oaxaca, Zacatecas y Baja California.
En la última evaluación el país reporta avances en los componentes que se vinculan con el crimen violento y el crimen organizado. Los lastres subsisten en la calidad de la policía, detenciones sin una sentencia, homicidios, crimen con armas y en la eficiencia del sistema judicial. Estos factores son los que permiten que exista una diferenciación marcada entre las entidades con buenos índices y las que peor comportamiento ostentan.
Como señala el IEP el proceso hacia la paz no es lineal. En África y en México se tienen diferencias acentuadas regionales, por país y por entidad federativa, hay problemas de violencia que no se han resuelto y en los que parece están entrampados. Sin embargo, hay áreas con avances que permiten que sus respectivos índices mantengan un camino favorable, aunque aún con evaluaciones insuficientes.