“Ninguna nación puede vivir decorosamente

ni tiene derecho al respeto ni a la amistad de los demás,

si ha perdido la honra y la libertad”.

Manuel Azaña, presidente de la Segunda República española.

 

 

 

 

Madrid.- ¿Se fraguan acuerdos en la más intima privacidad… estarán Pedro y Albert Rivera elaborando un pacto más firme y con mayores amarres para sustituir al fallido y no equivocarse otra vez?… ¿Cómo un arreglo político entre Podemos y Ciudadanos puede lograrse sin modificar las líneas ideológicos básicas… ¿transigirá alguno?… ¿Quizá Pedro – el del talante (¡remember Zapatero!) – que supere las curules que obtuvieron las cuatro fuerzas mayoritarias?.

¿Quiénes están al frente de los sondeos diarios, escuchan los vaticinios, analizan los sesudos comentarios y las praxis estrambóticas sin descartar ninguna?…

¿El jefe de política de Podemos Iñigo Errejón confía en sus compañeros al que le aportan y le acumulan datos y cifras por montones y todos los días?.

¿Quién hace la crítica para quedarse con lo posible y lógico para desechar acuerdos inoperantes, imposibles?. ¿Cuántos conforman los responsables de este asunto que es de capital importancia para el futuro del país?.

En principio, creo que hay un exceso de optimismo en las filas moradas. Pablo Iglesias sumará votos al unirse a Izquierda Unida (Unidos-Podemos). ¿Pero hasta qué punto serán suficientes para decidir la política de una nación como la nuestra, poco acostumbrada a la democracia y mucho al totalitarismo?.

¿Quién hace la criba para deshacerse de ideas inoperantes y sugerencias estrambóticas?. Cuántos cooperan y trabajan en este asunto tan crucial.

El ambiente precampaña ha bajado el listón. Por fortuna, los continuos delitos cometidos por dirigentes y ex dirigentes del PP en Valencia, Madrid, Baleares y Castilla y León ocupan espacios antes dedicados a tendencias de los votantes.

La gente de Pablo maneja números en enormes dimensiones, miles y miles y lo hace sacando promedios de los votos que le llegan a través de nuestros modernos moderadores, las redes sociales.

Pedro es quien se encuentra sólo, más bien alejado de sus votantes de siempre. Los viejos socialistas lo siguen cuestionando porque no les gusta su manera de hacer política y porque no logra conformar un partido sólido, único y triunfador.

En caso de que sea el PSOE quien alcance la segunda mayoría simple en votos, tendrá que evitar, de salida, cualquier entendimiento con el partido de Albert Rivera si no quiere ser machado en el próximo Congreso que tendrán los socialistas unos días más tarde.

Se mantiene con la ayuda oficial de todos los dinosaurios que fueron durante tantos años quienes manejaron al PSOE. Incluyo aquí a Susana Díaz que juega a las escondidillas y desea más que nadie acceder a territorio nacional para convertirse en la secretaria general de su partido.

La vida social de Pedro es por tanto la más débil de los cuatro políticos en cuestión. Y quizá el más próximo a la presidencia del Gobierno.

Pongamos que Podemos ocupa el segundo lugar en las listas de los más votados y ofrecerá benignamente la mano franca, limpia, bien lavada, a su amigo Pedro Sánchez el socialista al que estuvieron a punto de perder en las pasadas elecciones.

Será una mano reconstruida, una especie de clon que obedecerá a quien les dio vida y tendrá que agradecérselo si quieren seguir disfrutando de las bondades europeas.

El jefe de Estado encargará a Mariano Rajoy la envestidura como presidente del gobierno y éste aceptará irremediablemente a hacerlo. ¿Pero quiénes respaldarán al PP y cuántos otros partidos le darán su visto bueno o se abstendrá en caso de que le solicite su colaboración?.

Pocos, casi nadie. Si acaso Coalición Canaria que ya lo hizo en las elecciones pasadas y que no sirvió para nada.

Las asambleas calificadas sin motivo y sin razón, por lo menos nada se ha comprobado, a las que llaman bolivarianas no tendrán empacho para pedir a Sánchez la oportunidad de unirse para que comience la XII Legislatura.

Algo es evidente, Mariano, con su sofá cama a cuestas, recorre ahora lugares desconocidos para él inclusive en Galicia y toma cañas de cerveza con aquellos con los que en algún momento ignoró o habló a través de un plasma.

Por tanto, es seguro que nunca aceptaría ir de segundo en un gobierno de corte híbrido en el que se manejen ideas de la derecha y se aprueben programas de la izquierda. Un batiburrillo que nos llevará largas horas de discusión en el hemiciclo de congreso. Insultos, acusaciones, gritos ensordecedores y malas maneras serán parte de los enfrentamientos cotidianos.

Pero tampoco el presidente en funciones lo tiene muy claro porque la suma de sus diputados, por muchos que estos aumentaran, nunca tendría una mayoría ni siquiera simple lo que pondría en aprietos otra vez a Felipe VI y tendría que pedirle al siguiente partido con mayor número de votos que intentara conseguir un jefe del Ejecutivo.

Es curioso anotar que nuestros más distinguidos candidatos a nuestra presidencia hacen campaña política en Venezuela. Allí han ido Pedro Sánchez. Pablo Iglesias y Albert Rivera para descalificarse mutuamente. Y éste último para señalar que un gobierno comunista como el bolivariano nos llevaría al desastre.

No fue Mariano Rajoy porque es el actual presidente… pero bien que se ha encargado en todos sus maitines en acusar a Podemos a Izquierda Unida y fuerzas adyacentes el coco con todos sus fantasmitas, sábanas medio blancas y caras de pocos amigos.

Antes estuvieron en Caracas los ex presidentes del gobierno Felipe González y José María Aznar. Ambos exhibieron las mismas armas aparentemente. Los dos rechazaron al gobierno de Nicolás Maduro. Censuraron a los “presos políticos” que tienen y calificaron de antidemocracia la forma en que encara los asuntos el gobierno del líder venezolano.

Puestos a analizar no sabemos quien representa al PP y cuál al PSOE. Esta virtud es muy común ahora en don Felipe González Márquez, el otrora socialista que tanto bien hizo para España.

Es el ex preso González el doctor Jekyll o Míster Hyde. ¡Qué lo descubra los alumnos que estudian a fondo las ideas políticas de nuestra intransigente nación!.