Una joven holandesa de nombre Laura de Bije se le ocurrió pasar sus vacaciones en Catar. Una noche, salió a divertirse un poco y se dirigió al Crystal Lounge del Doha Hotel, único lugar donde los extranjeros pueden consumir alcohol. Al día siguiente amaneció en el departamento de un desconocido y, sin pensarlo, acudió a denunciar una posible violación ante la policía catarí. El resultado fue que la joven, de 22 años de edad, fue detenida en marzo pasado cuando levantó la denuncia y ha permanecido detenida desde entonces. Este lunes, un tribunal de ese país árabe la condenó a un año de cárcel, con pena en suspensión, así como a pagar una multa equivalente a 732 euros. ¿Qué fue lo que pasó? que fue acusada de tener relaciones fuera del matrimonio, algo que en Catar se considera adulterio, y de estar ebria en público; cargos que la joven negó.

Laura no tendrá que cumplir la pena en prisión y será deportada a Holanda. Una campaña en su favor ha sido lanzada a través de la red social Twitter bajo la etiqueta #FreeLaura.

¿Qué pasó con el violador?

El presunto violador fue identificado como Omar Abdalá al Hasan, de nacionalidad siria, fue condenado a 100 latigazos por adulterio y a 40 por consumir alcohol.

El caso, en realidad, pone al descubierto el tipo de justicia que existe en países como Catar, donde una denunciante o víctima, puede también salir sentenciada por un delito convergente.