Elecciones 2016

 

“Estamos de regreso”. El PAN ha dado un paso firme y contundente para recuperar la Presidencia de la República en 2018, afirmaba su presidente nacional, Ricardo Anaya Cortés, con una amplia sonrisa dibujada en el rostro y sin poder ocultar su felicidad, su alegría, hasta hoy, por los resultados obtenidos en la pasada jornada electoral del 5 de junio en las 14 entidades federativas.

No era para menos, pues el partido que lidera recuperó estados que ya había gobernado y que estaban en manos del PRI, así como estados que nunca habían tenido alternancia y en los que el partido ya gobierna.

De acuerdo con el análisis El Saldo de las Elecciones que hace el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (Cidac) sobre el proceso electoral en 12 estados, en donde se renovaría el Poder Ejecutivo Estatal, el PRI “perdió seis estados: Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz. Mientras que el PAN cedió sus gubernaturas en Sinaloa y Oaxaca, ambas producto de una coalición con el PRD”.

“Ganamos estados que nunca habían sido gobernados por un partido distinto del PRI, esto quiere decir que logramos romper el monopolio autoritario que por más de 86 años había detentado el PRI-gobierno, y ganamos también estados donde hoy el PAN gobierna y gobierna bien”, ha repetido constantemente en los medios de comunicación el dirigente de los panistas.

En opinión de Ricardo Pascoe Pierce, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) efectivamente la gran sorpresa en esta elección fue el PAN, que tuvo un avance muy importante en el mapa electoral, avanzó en el norte, en el centro con Veracruz, en el Golfo, e incluso en el sur en Quintana Roo, y esto tiene efectos importantes: “Coloca al PRI a la defensiva en términos políticos en el país; habla de una crisis de su propuestas, pero también es un reflejo del descontento que hay con la actuación y el manejo del país que ha hecho el presidente Enrique Peña, a pesar de que él no estaba directamente presente en todo el proceso, pero sí lo estaba en el fondo. El PRI intentó mantenerlo fuera, ocultarlo, sin embargo no lo logró”.

Elecciones para castigar políticos

En este sentido, Nicolás Loza Otero, profesor e investigador de la Flacso-México coincide con Pascoe Pierce al señalar que hay “una suerte de refrendo de las elecciones como mecanismo para castigar políticos. Lo que expresan estos resultados es la traducción en votos de la severa y desaprobatoria evaluación de los mexicanos en general hacia la Presidencia de Peña Nieto. Un presidente que tiene un tercio de aprobación de la población, que su partido gane depende más de que la oposición se coordine o no”.

“El PRI, donde ganó, lo hizo con niveles de votación más bajos que en algunos estados en donde perdió; tuvo buenos resultados porque la oposición no se coordinó o no concentró en un partido o en una alianza los votos opositores. Ése es el caso de Oaxaca y Zacatecas. ¿Por qué gana el PAN en Chihuahua o en otros estados?, porque se convierte en la oposición fuerte, además de que tenía ya un legado, una trayectoria, que lo hacía ser en principio el candidato natural, y es tal la desaprobación a la gestión del PRI en la Presidencia, que era natural que se votara por la oposición. La diferencia es si se votaba de manera fragmentada, como sucedió en Oaxaca o en Zacatecas, o se votaba de manera unificada como sucedió en Chihuahua o en Aguascalientes”, dice el investigador de la Flacso.

Pascoe agrega que “el hecho de que haya alternancia en tantos estados en elección es muy significativo, una franja de derrotados en todo este proceso son los gobernadores salientes que por una u otra razón cada uno ha tenido que rendir la plaza a otro color”.

Es relevante observar que “no hay gobernador que se haya salido con la suya en esta jornada electoral, lo cual es un hecho positivo que habla de procesos que sí son democráticos, que la gente sí está opinando y que está dispuesta a salir a las urnas a castigar a los gobernantes que considera que no están a la altura de las necesidades de la sociedad”.

En Chihuahua arrasó con todo

Por su parte, Víctor Alarcón Olguín, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Iztapalapa), comenta sobre la recomposición de los Congresos locales “que el PAN avanzó bastante en la configuración de carro completo de varias legislaturas, entonces es un resultado muy positivo, por ejemplo en Baja California; en Chihuahua prácticamente se llevó todo”.

El doctor en estudios sociales, línea de procesos políticos por la UAM, considera que este triunfo del PAN demuestra que la transición sigue y que una manera de darle mayor impulso son las alianzas. “Hoy hde nueva cuenta se ratifica que las coaliciones son eficaces, les guste o no les guste a los priistas. Las coaliciones son un mecanismo totalmente válido para poder ganar elecciones, desde luego, los ciudadanos tendrán que ponderar si lo que sale de ellas son gobiernos más eficaces de lo que conoce de un partido tradicional”.

Respecto a las bondades de las alianzas, el panista Ricardo Anaya expresa que el mensaje en la elección fue muy claro, “las alianzas funcionan, las alianzas fueron todo un éxito, gracias a esta alianza logramos derrotar al PRI en tres estados que no habían conocido la alternancia. Logramos la alternancia pacífica con José Rosas Aispuro en Durango, con Carlos Joaquín en Quintana Roo y con Miguel Ángel Yunes en Veracruz”.

Ricardo Pascoe, va más allá y explica que la idea de la coalición hacia la elección presidencial entre el PAN y el PRD está abierta. “Es uno de los resultados de esta elección, especialmente por el éxito que tuvieron en Veracruz, Quintana Roo y Durango, que habla de la viabilidad de las alianzas”.

Aunque ambas fuerzas políticas “tendrán que hacer una evaluación sobre el tema, sin dejar de reconocer que el PRI es el partido más aliado de todos, con el Verde, con Nueva Alianza y otras fuerzas, y discutir de manera significativa estas perspectivas hacia 2018. Sería una coalición parecida a lo que existe en Chile desde hace muchos años, la concertación chilena entre el equivalente de la Democracia Cristiana y el Partido Socialista”.

A las declaraciones de Ricardo Anaya en el sentido de que
este triunfo electoral abre la posibilidad de que el PAN regrese a la Presidencias de la República, Ricardo Pascoe coincide con él. “El triunfalismo en el discurso del PAN tiene bases objetivas. Cuando Anaya anunció que con esto ellos vuelven a la posibilidad de recuperar la Presidencia, es cierto. Y sí es un fracaso de Manlio Fabio Beltrones, pero también de Luis de Videgaray que eligió a varios candidatos, incluyendo el candidato de Tamaulipas que fue una batalla interna en el PRI para definir esto, pues Beltrones tenía otro candidato y en este rejuego de cosas se impuso al candidato de Videgaray que ha sido el más rechazado”.

PAN despertó de su letargo

Luego de haber sido el primer partido en derrotar al PRI en una elección presidencial en más de siete décadas —en el año 2000 llegó a la presidencia con Vicente Fox—, nuevamente, el PAN parece despertar de un largo letargo y repite la hazaña al arrebatar al tricolor dos estados clave: Veracruz y Tamaulipas, con lo que logra su máximo histórico.

Aunque Pascoe Pierce recuerda que en 2012 Josefina Vázquez Mota ganó el estado de Tamaulipas a pesar de que perdió la Presidencia de la república y también ganó Veracruz, entonces no debe sorprendernos que haya una base electoral de este corte en esos dos estados.

Pero estas elecciones no sólo dejaron varias lecturas en cuanto a las alianzas entre la oposición sino que permitieron, al menos en el PAN, que los aspirantes a la Presidencia de la República para 2018 sacarán no sólo ya la cabeza sino el cuerpo entero y como sucede casi siempre cuando hay triunfos, todos se quieren colgar la medalla, aparecen en la foto, dan declaraciones, y porque no aprovechar toda oportunidad para llevar agua a su molino para fortalecer su posicionamiento ante la sociedad y en la opinión pública como ha sucedido en estos últimos días después de la elección con Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle.

Personajes que ya levantaron la mano para apuntarse y dar la lucha cuerpo a cuerpo en el interior de su partido, claro junto con Ricardo Anaya que también se sabe que quiere construir su camino hacia Los Pinos. Por eso, de acuerdo con la opinión de Nicolás Loza, profesor e investigador de la Flacso, no puede decirse que exista un PAN dividido en tres, el de Anaya, el de Moreno Valle o el de Margarita Zavala, “pero sí de que todos los partidos tienen distintas corrientes internas, distintas maneras de hacer política, distintas prioridades dentro de su propio partido. Si preguntamos qué PRI perdió, no está claro que haya perdido el PRI de Manlio, quizá realmente perdió el Presidente de la República, pero quien tendrá que pagar la factura es el dirigente del partido y lo mismo aplica para Acción Nacional, solo que al revés, su dirigente es Anaya y por eso será él quien cobrará la factura a su favor”.

En este caso también es cierto que no todas las candidaturas eran de Ricardo Anaya, “quienes conocen el PAN, dicen que ninguna candidatura era propiamente de él, sino que parte de su talento fue haber permitido que las fuerzas locales pusieran a sus candidatos. Margarita Zavala apoyó a muchos candidatos y se ganó la simpatía de muchos que ahora serán gobernadores y, por otro lado, está la fuerza propia de Moreno Valle”.

Por tanto, “en el caso particular de Acción Nacional, lo que esta elección afianza no es que fuera algo nuevo, es a tres competidores que quieren lo mismo, que buscan lo mismo, y que los tres pueden beneficiarse de lo mismo, que es la fuerza que ha retomado Acción Nacional en estas elecciones”.

Margarita es la buena para 2018

Mas advierte: “si los panistas no saben procesar esta contienda y terminan dándole la candidatura a quien ellos por cualquier criterio decidan sin quebrarse, de nada les servirá la fuerza que tienen ahora, aunque eso aplica para cualquier otro partido, en el caso del PAN se trata simplemente con nombre y apellido de estos tres personajes que quieren lo mismo, que tienen distintas posiciones y distintos recursos dentro del propio partido”.

Aun cuando Loza acepta que “Margarita Zavala es la buena del PAN para 2018” como lo asegura el expresidente Vicente Fox, explica que, con los datos que nosotros conocemos, si el PAN quiere ganar, su mejor candidato es efectivamente Zavala, pero esos datos pueden cambiar en el trascurso del próximo año”.

“Es cierto que si en este momento el partido tuviera que decidir a su candidato, tendríamos a tres personas que quieren ser, que tienen recursos, que tienen argumentos a su favor de distinta naturaleza y peso, pero la que tiene mayor visibilidad, popularidad y aceptación es Margarita Zavala y eso no es algo de gusto es algo que se puede corroborar con datos de encuestas”.

Además, a diferencia de quienes opinan que Calderón, el apellido de su esposo el expresidente de la república, Felipe Calderón, podría ser un factor que le reste preferencias y peso en sus aspiraciones a Zavala, el académico de la Flacso-México apunta que, al contario, “todo parece indicar que no es un peso sino más bien un activo. Para los críticos de Calderón sí es algo que resta, que está mal, pero entre la población en general no lo es”.

Si vemos —dice— el argumento principal que se usa contra el expresidente ,puede ser también el inverso. Los críticos de Calderón, particularmente de izquierda, dicen: es que inició una guerra absurda, y sus defensores en esa misma tesitura dicen: los gobiernos anteriores no habían enfrentado un grave problema de inseguridad, sin embargo el presidente Felipe tuvo el valor de hacerlo a pesar de lo que le ha costado. En general la población, una gran mayoría, parece inclinarse por un discurso o por una oferta que les ofrezca seguridad y en esa medida Calderón parece que cubre ese perfil, por eso no creo que en el amplio público Calderón sea un peso muerto para la esposa”.

En cuanto al líder panista Ricardo Anaya, Loza Otero explica que lo que sigue para él es “preservar la unidad de su partido, dejar intacta la marca o la coraza y tratar de concentrar todos los recursos a su favor, yo creo que eso es lo que él tratará de hacer; ambos objetivos son relativamente contradictorios, entonces ya tendrá que ver con su talento político y con el de sus rivales hasta dónde puede llegar. Ése es el objetivo de los tres, de la propia Margarita Zavala, tratar de concentrar recursos a su favor y mantener la coraza partidaria intacta, unida, porque si en esa puja entre ellos rompen su partido, lo que tienen ahora lo fragmentarán, y es como no tenerlo”.