Conforme se acerca el referéndum denominado Brexit, en el que el pueblo británico decidirá si se retira de la Unión Europea o sigue abrazando la membresía eurocomunitaria, continúan saliendo medidas que parecen ser amenazas directas contra los secesionistas. Esta semana, el ministro británico de Economía, George Osborne, advirtió que si el Brexit gana, se aplicará un recorte al gasto público y aumentará los impuestos. En una media que pareciera tener como objetivo desanimar a los euroescépticos, quienes mantienen una ventaja de casi 8% sobre los eurosimpatizantes de cara a la votación del 23 de junio, Osborne señaló que una eventual retirada del bloque crearía un “agujero negro” de unos 30 mil millones de libras (39.000 millones de euros) en las finanzas públicas. Agregó que el gobierno se vería en la situación de aplicar un presupuesto de emergencia para limitar el gasto.

El funcionario británico se refirió específicamente al impuesto sobre la renta y a recortes presupuestarios en materia de salud, seguridad y transportación. Según Osborne, el efecto dominó se seguiría tambaleando otros sectores como educación y defensa. Pese a este sombrío panorama, los defensores del Brexit esperan vencer en el referéndum. Chris Grayling, representante del Gobierno en la Cámara de los Comunes del Parlamento, afirmó en una entrevista con el ‘Financial Times’ que, en caso de se apruebe la retirada del bloque, Londres iniciaría de forma inmediata el proceso de ruptura con Bruselas y fijó para finales de 2019 la separación definitiva.