El mundo está en guerra. Esta fue la frase que usó el Papa Francisco para describir la situación mundial. Ni siquiera había tocado tierra cuando hizo esta declaración a los periodistas que lo acompañaban en su vuelo, que lo llevaría a Cracovia, Polonia, donde iniciaría los trabajos de la Jornada Mundial de la Juventud 2016. Basta recordar que un día antes, la policía detuvo a un terrorista iraquí que portaba explosivos. El Sumo Pontífice dijo claramente que el mundo actual se debate entre las armas y la violencia, aunque también reconoció que no se trata de una guerra de religiones.

“Quiero aclarar una cosa: cuando hablo de guerra, hablo en serio de eso pero no hablo de guerra de religión. Es una guerra por el dinero, por los recursos, por la naturaleza, por el dominio”, afirmó dijo Santo Padre. “Esta es la guerra. ¿Alguno piensa en la guerra de religión? No, todas las religiones quieren la paz. La guerra la quieren los otros. ¿Entendido?”, continuó el jerarca católico.

El Papa Francisco llegó a Cracovia a las 4 de la tarde del tiempo local (9 AM en México). Fue recibido por el presidente de Polonia Andrzej Duda quien le expresó su alegría por su arribo en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, la cual se llevará a cabo en la tierra de Juan Pablo II, añadiendo que es muy importante para la sociedad polaca la visita papal en el año del 1050° aniversario del bautismo de Polonia.

“Es guerra: no tengamos miedo de decir esta verdad. El mundo está en guerra porque ha perdido la paz”, dijo el Pontífice.

Al inaugurar el evento religioso, dijo que en Cracovia esperaba que “los jóvenes nos digan algo y nos den esperanza en este momento”. El Pontífice atacó inmediatamente el desinterés de la humanidad por los problemas que está atravesando. “La verdadera palabra es inseguridad. Eso. Desde hace un tiempo el mundo está en una guerra a pedazos, esta es una guerra. Tuvimos la de 1914 y luego la de 1939. En el mundo de ahora tenemos esta”, resaltó.

El Papa no olvidó al sacerdote francés que perdió la vida degollado, un día antes, a manos de dos extremistas que habían penetrado a la iglesia católica de Saint-Etienne-du-Rouvray, cerca de París, y que reivindicaron su ataque en nombre del autodenominado Estado Islámico. Con un semblante vistosamente triste, Francisco abogó por una oración colectiva por todos aquellos inocentes que sufren la violencia en los lugares más recónditos de nuestro planeta.

“Pensamos en Nigeria, pero eso es en África, como si no le importara a ninguno”, continuó.

 Foto: Efe