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La decisión de este nuevo nombramiento ha sido cuestionada y criticada.
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Con Enrique Rocha Reza

Coinciden los teóricos de la ciencia política Maurice Duverger y Giovanni Sartori que el objetivo principal de un partido político es obtener y conservar el poder en función de una determinada plataforma ideológica.

Acorde con esta aseveración, el partido oficial nace como Partido Nacional Revolucionario, que unifica las fuerzas de la revolución armada para consolidar el poder del Jefe Máximo Plutarco Elías Calles.

Más tarde, ya con el Partido de la Revolución Mexicana Lázaro Cárdenas le da “la estructura” que permitió que el presidente pudiera nombrar a su sucesor, facultad que algunos doctrinarios denominan metaconstitucional.

Así, el Partido Revolucionario Institucional —que con Miguel Alemán inicia los gobiernos civiles— conservó y mantuvo el poder por muchas décadas, en un péndulo político que oscilaba entre la izquierda y la derecha, pero conservando los principios reflejados en la Constitución de 1917.

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Esta capacidad de designación no la tuvieron ni Vicente Fox —que perfilaba la candidatura de Santiago Creel— ni Felipe Calderon —que esperaba nombrar a Ernesto Cordero—; ambos fracasaron en su intento.

Enrique Peña Nieto pretende continuar esa vieja práctica y ha intervenido en los nombramientos del presidente del PRI, apoyando candidaturas de políticos reconocidos como Pedro Joaquín Coldwell, César Camacho y Manlio Fabio Beltrones; no obstante, las derrotas del PRI en las gubernaturas implican un cambio de estrategia, por lo que el Ejecutivo federal decidió el nombramiento de Enrique Ochoa Reza, un joven con buena trayectoria como funcionario público, pero alejado de las bases del partido y sin un currículum con cargos de elección popular.

Se pudo haber designado a un político reconocido como Miguel Angel Osorio Chong, Emilio Gamboa Patrón, Enrique Jackson, Ivonne Ortega, entre otros, pero la decisión presidencial está ligada a los futuros comicios de 2018. Por ello, para los priistas y para la teoría política es correcto que el Presidente intente conservar el poder, buscando que el PRI gane la próxima elección presidencial.

Muchos presidentes del PRI han sido hombres de excepcional talento político, como Alfonso Corona del Rosal, Carlos Madrazo, Porfirio Muñoz Ledo y, por supuesto, Jesús Reyes Heroles, que conservaron los principios primigenios del movimiento social de 1917.

Los rituales y protocolos del nombramiento del nuevo presidente del PRI corresponden a las más añejas tradiciones de la llamada “cargada de los búfalos”, pero hoy se requiere dar mayor voz a sus militantes y simpatizantes, y justificar el nuevo modelo económico que ha transformado las fuerzas del poder político en todo el planeta.

La decisión de este nuevo nombramiento ha sido cuestionada y criticada, sin embargo, quien tiene la responsabilidad y en quien recaerá el peso de la historia es el presidente de México.