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Se ha construido una falsa concepción ciudadana de ver la industria contaminante como un mal necesario para la Megalópolis

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Compromiso con la ciudadanía

Antes de iniciar el tema, aprovecho la ocasión para felicitar calurosamente a la licenciada Beatriz Pagés Rebollar por el LXIII aniversario de esta prestigiada revista Siempre!, que es ya un hito en la historia de las publicaciones de análisis político en nuestro país. Sin duda, esto no hubiera sido posible sin la guía firme de su directora general, a quien le reitero mi respeto y agradecimiento por su generosidad al brindarme este espacio. Felicidades, Beatriz, y a todo tu equipo que hace posible la edición semanal de la revista Siempre!

Cada que se analiza el tema de la contaminación, salen a la luz términos como gases de efecto invernadero, lluvia ácida, dióxido de carbono, tala clandestina, entre otros, pero también, el de industria, el cual va ligado, invariablemente, al de contaminación, en una dupla automática. Sin embargo, no es del todo real ni justa esta aseveración.

Ni toda la industria en la Zona Metropolitana del Valle de México contamina, ni toda la contaminación es generada por la industria. Además se ha construido una falsa concepción ciudadana de ver la industria contaminante como un mal necesario para la Megalópolis, y esto de ninguna manera es válido.

Desde luego que existen casos en el sector industrial del Valle de México y la Zona Metropolitana, que dejando a un lado la norma ética, el comportamiento ecológicamente responsable y su compromiso social con su entorno, generan una gran cantidad de contaminantes perjudiciales a la salud de los habitantes; y, haciendo caso omiso de las disposiciones oficiales de las autoridades locales, continúan realizando sus labores cotidianas.

Según datos de la Procuraduría Ambiental y de Reordenamiento Territorial (PAOT), generalmente varias de estas empresas pertenecen al sector comercial y de servicios, donde se concentran actividades como venta de combustibles en gasolineras, reparación y pintado de autos, lavado y planchado de ropa en tintorerías, preparación de alimentos en restaurantes y fondas. La institución añade que el mayor número de quejas ciudadanas que recibe de estos negocios es por emisiones de gases, olores, vapores y ruido. Esta problemática se concentra principalmente en las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo, Iztapalapa y Azcapotzalco.

Pero en contraparte, el grueso del sector empresarial que se ubica en la Ciudad de México y su Zona Metropolitana, y que aporta, según datos de la Secretaría de Economía, el 5.6% del producto interno bruto nacional y que generó en 2015 cerca de 3 millones de empleos, ese sí cumple escrupulosamente con las normas ambientales y es muy alto su compromiso social y ecológico con la ciudadanía capitalina.

Ése es el tipo de empresa que necesitamos para dar una lucha frontal a la contaminación y demostrar que industria y contaminación no son un mal necesario ni una dupla indivisible. Estas empresas ecológicamente comprometidas invierten en programas de sustentabilidad, ponen en marcha plantas de tratamiento de agua residual, llevan a cabo acciones para disminuir el riesgo de contaminación del suelo, modifican sistemas térmicos y electrónicos para ahorrar energía y agua y reducen sus emisiones de bióxido de carbono en sus procesos industriales.

Repito: ésas son las empresas que requiere esta Megalópolis. Y cuentan con el respaldo de las autoridades locales y federales para seguir implementando estrategias anticontaminación, sin implicar cambios en sus líneas de producción que perjudiquen su plataforma laboral ni limiten la generación de empleos.

A las empresas que contaminan, debemos propiciar con ellas un permanente monitoreo y convencer a sus dueños de que se sumen, por ejemplo, al Programa de Auditoría Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México para que dejen el clandestinaje en materia de normas ecológicas. La salud de sus propias familias, junto con la del resto de la población en la capital mexicana se los agradecerá.

Secretario general del Partido Verde

Ecologista en la Ciudad de México