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Los memes se multiplicaron para fijar una imagen desairada.

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¿Y los estrategas?

La Presidencia de la República parece perder todos los lances mediáticos, una seguidilla de problemas acentúan los equívocos en el manejo de la imagen del mandatario Enrique Peña Nieto, la crisis en la opinión pública es abrumadora en mayor medida desde el oscuro capítulo de Ayotzinapa.

La gira en Canadá fue el acabose, las redes sociales tundieron al presidente, lo cual ya es una costumbre, y la capacidad de respuesta no se observa, ¡vaya!, ni siquiera el intento, los presidentes de antaño tenían otra impostura, al menos su retórica fue muy distinta, sí fue otro México el de las fauces autoritarias y el esquema monolítico que perduró hasta volverse septuagenario.

La investidura presidencial ha dado un vuelco, desde el sexenio de Vicente Fox las cosas fueron diferentes, se interrumpió el manual de procedimientos consignado en la liturgia del poder, acaso por aparentar audacia se llegó al ridículo.

El exmandatario guanajuatense fue un caso atípico que careció de una retórica ilustrada, se trivializó la investidura presidencial, ignorante de la historia y el derecho Vicente Fox fue un presidente que vendió expectativas que terminarían en un franco desencanto.

Se recuerda a Fox que confundió el nombre del gran maestro argentino Jorge Luis Borges para nominarle José Luis Borgues; otro día le dijo a una señora que era mejor no saber leer para vivir feliz; así fue el exmandatario, locuaz y con una rara incontinencia verbal.

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En el caso actual del presidente Enrique Peña Nieto si bien no acostumbra improvisar discursos sí ha registrado sendos equívocos, acaso el que marcó el inicio de varios episodios reprochables fue en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en ese espacio rubricado por intelectuales no atinó a decir tres títulos de libros que le habían marcado, aventuró que leyó la Biblia —bueno, una parte—, dijo titubeante haber leído La silla del águila, obra que atribuyó a Enrique Krauze, aunque el verdadero autor fue Carlos Fuentes, y otro texto de historia, dijo.

Después eleva a rango de estados —en el discurso— a determinadas ciudades como León y Monterrey; en su reciente gira, la cual sirvió para reunirse con sus homólogos de Canadá y Estados Unidos, ahí se enfiló contra el populismo, tema que convirtió en obsesión en las tribunas internacionales; Barack Obama dijo ser populista, la oratoria del presidente estadounidense brilló.

Por su parte, el primer ministro de Canadá Justin Trudeau le pidió a Peña Nieto privilegiar el diálogo con el gremio magisterial y remarcó que él es maestro. Después de ello parece que le llegó la noche al presidente mexicano, los memes en las redes sociales se multiplicaron para fijar una imagen desairada.

No es la primera vez que el presidente Peña Nieto es exhibido, lo cual deja muchas dudas, máxime que en los últimos tiempos sus políticas no han sido benéficas, prueba del desencanto se explica en la derrota que sufrió su partido, los conflictos sociales no han disminuido y todavía le restan dos años.

La pregunta es dónde están sus estrategas de comunicación, porque al menos el trabajo que, teóricamente, realizan no se percibe desde hace mucho tiempo.