México carece de una cultura de donación de órganos, en comparación con otras naciones de Latinoamérica como Brasil, Colombia y Venezuela. Anualmente en este país, son miles de vidas las que se pierden en espera de un trasplante.

La falta de información, la complejidad del tema y hasta la falta de recursos económicos y de infraestructura en el sistema de salud, no permiten que el número de donaciones de órganos vaya en aumento, en referencia al número de solicitantes que cada vez es mayor.

El pasado 10 de julio, Marco Scaravelli, un niño piloto de seis años de edad, originario de Italia, sufrió un accidente en su motocicleta que, lamentablemente, lo llevó a la muerte siete días después del incidente.

La noticia resurgió y dio la vuelta al mundo, cuando el padre del menor anunció en su cuenta de Facebook, que Marco Scaravelli había salvado la vida de otros cinco niños a los que donó sus órganos, luego de que los médicos no pudieran hacer más por mantener vivo al pequeño motociclista.

Muertes accidentales como la de Marco se dan en todo el mundo, pero no en todas las latitudes existe una cultura de donación para que las personas que conservan órganos sanos, luego de su muerte, puedan regalarlos a quienes aún tienen altas probabilidades de vivir y sobrevivir a una cirugía de trasplante.

Actualmente en México hay 20 mil 384 personas en espera de un órgano que salve su existencia. Datos del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) de la Secretaría de Salud Federal (Ssa) apuntan que los órganos más solicitados son: riñón, con 12 mil 505 enfermos enlistados; cornea, 7 mil 704 pacientes; hígado, 398 personas; y corazón, con 55 mexicanos a la espera.

En lo que va del 2016, el Registro Nacional de Trasplantes tiene contabilizadas 3 mil 557 transfusiones de órganos en el país; es decir, que en los siete meses que van de este año, se ha donado un aproximado del equivalente al 17% de los más de 20 mil pacientes que actualmente están en la lista de espera.

Aunque existen campañas para concientizar a la sociedad sobre la importancia de la donación de órganos post-mortem, existen otros factores que impiden la adopción de una cultura para “dar vida después de la muerte”.

En ocasiones, aunque la persona manifieste en vida su deseo de ser donante, son los familiares quienes deciden si se lleva a cabo o no la extracción de órganos, pero el impacto emocional que sobreviene a la pérdida de un ser querido y la creencia de que manipular los restos humanos es una falta de respeto, influyen para que finalmente se rechace la posibilidad de ayudar a la gente que lo requiere.

Pero la apertura a una actitud altruista no es lo único que se necesita para preservar vidas, pues en México también hacen falta médicos y hospitales especializados que cuenten con lo indispensable para llevar a cabo procedimientos de esa naturaleza.

“Las personas en quienes se practica este procedimiento quirúrgico por lo general necesitan un costoso tratamiento inmunosupresor, a veces por el resto de su vida. No sólo se trata de la disponibilidad de órganos, también se tendría que formar a más cirujanos, construir hospitales y determinar de dónde saldrán los recursos económicos”, refirió el catedrático de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la Universidad Nacional Autónoma de México, Dante Amato.

Y es que en México existen cerca de 400 hospitales (públicos y privados) certificados por la Ssa para realizar trasplantes de órganos. Una vez que se cuente con mejores servicios hospitalarios, el país podría estar en condiciones de dar un siguiente paso y proponer una legislatura que establezca que todos los mexicanos sean donantes, como sucede en otros países.

Así ocurre en España -líder mundial en donación de órganos-, donde la ley obliga a que los restos de toda persona fallecida que cumpla con los requisitos para ser posible donante. En México, al no existir leyes que mandaten la donación de órganos, la decisión debe ser personal y dialogada con los familiares, para que en caso de una muerte inesperada -en la que los órganos vitales no se vean afectados-, se respete la determinación de dar una nueva oportunidad de vida a quienes aún mantienen la esperanza.

Ella – Campaña Donación de Órganos 2015. from Juan Astudillo Oreste on Vimeo.