Este fin de semana, Siempre! dio a conocer que la República Popular Democrática de Corea había iniciado pruebas balísticas desde un submarino, la acción fue prácticamente en respuesta a Estados Unidos y Corea del Sur por imponerle sanciones internacionales y ante su intención de colocar un escudo antimisiles en la zona. Este lunes, el régimen norcoreano advirtió que cortará cualquier comunicación con Washington y que podría lanzar un ataque contra sus posiciones. Estados Unidos pidió intensificar medidas contra el gobierno de Kim Jung-Un, al que acusa de violaciones a derechos humanos. Las sanciones contemplan el congelamiento de cualquier propiedad de los individuos en jurisdicción estadunidense y prohíbe a los ciudadanos norteamericanos hacer transacciones con ellos.
A su vez, Pyongyang amenazó con “una acción física” contra el sistema antimisiles THAAD (Terminal High Altitute Air Defence) que sería desplegado en territorio de su vecino sudcoreano. Un comunicado emitido por el ejército norcoreano aseguró que cuenta “con los medios suficientes y sofisticados para un ataque ofensivo” y que “adoptará las medidas más despiadadas y potentes contra Estados Unidos, que está deseoso de desencadenar una guerra al desplegar el THAAD”. El comunicado militar extendió la advertencia a Seúl, al que señaló que “reducirá en un mar de llamas y restos, una vez impartida de la orden”.
Esta no es la primera vez que Pyongyang ha amenazado con adoptar medidas militares. En 2010 también dijo que atacaría objetivos de ambos países ante la irrupción hecha por la flota sudcoreana en lo que considera como su zona de exclusión marítima.
Estados Unidos y Corea del Norte no mantienen relaciones diplomáticas formales, pero la misión de Pyongyang ante la ONU en Nueva York sirve de principal canal de comunicación entre los dos países. Es el mismo que ahora está amenazando con cortar si Estados Unidos no levanta las restricciones por sus pruebas balísticas recientes y si insiste en colocar su defensa antimisiles.