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Grandes cantidades de deuda que prácticamente se han vuelto impagables y que se han heredado a muchas generaciones en el futuro.

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Se gasta lo que no se tiene

 

 

Si yo te debo una libra, tengo un problema;

pero si te debo un millón, el problema es tuyo.

M. Keynes

 

 

La deuda es un instrumento que sirve para resolver problemas financieros o para obtener bienes o servicios que en el momento son imposibles de pagar, es decir, es una extensión de recursos que, bien aplicados, sirven para dar solución a proyectos, acciones o necesidades. Sin embargo, una deuda mal administrada generará diversos problemas económicos que evitarán que los proyectos y las acciones que se pretendían se vean frenadas.

Todos estos aspectos aplican tanto a las finanzas personales, como a las finanzas públicas; si se gasta lo que no se tiene, los problemas cada vez serán mayores, así lo demuestran las deudas de las entidades federativas como Veracruz, Coahuila y Chihuahua, sólo por mencionar como ejemplo las más endeudadas del país, sin embargo, durante los últimos años, lo mismo municipios que estados han acumulado grandes cantidades de deuda que prácticamente se han vuelto impagables y que se han heredado a muchas generaciones en el futuro.

Lo más grave e irresponsable de la conducta de gobernadores y presidentes municipales es que han solicitado grandes cantidades de recursos en deuda, los cuales no han sido aplicados sino que, por el contrario, han sido desviados y mal ejercidos.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) define “deuda subnacional como todas las obligaciones de pasivo, contratadas directa o indirectamente, derivadas de financiamientos a cargo de los estados, de la actual Ciudad de México y de los municipios, sin importar si dichas obligaciones tienen como propósito operaciones de canje o refinanciamiento”, y destaca que el problema no es la deuda en sí misma, sino el uso y justificación que se da antes, durante y después de su contratación.

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En uno de sus más recientes análisis, el IMCO estableció que al primer trimestre de 2015 el saldo de la deuda de las entidades federativas y los municipios en su conjunto ascendió a 510,030.8 millones de pesos. Esto representa un crecimiento real de 343% entre 1993 y 2015.

Ni siquiera las leyes federales de disciplina financiera han servido.

Así tenemos que con una actitud irresponsable muchos de los gobernantes de este país han hipotecado el futuro de millones de ciudadanos. Lo más lamentable de estas circunstancias es que una gran cantidad de los recursos de la deuda publica han servido para engordar los bolsillos de políticos, funcionarios y ciudadanos involucrados en el ejercicio y manejo de los recursos públicos; en pocas palabras, ese dinero de deuda pública ha servido para enriquecimientos ilícitos, derroches escandalosos y mal manejo de las finanzas públicas, todo en suma constituyen actos de corrupción, deudas que han sido solicitadas al amparo de legislaciones locales laxas que han permitido que se malversen los dineros de los ciudadanos, generando deudas impagables.

@perezcuevasmx

perezcuevasmx@gmail.com