¿Qué está pasando en España, que ya cumplió ocho meses y sigue sin gobierno? Las cuatro principales fuerzas políticas que representan el poder emanado de las urnas, siguen sin poder alcanzar un acuerdo e incluso existe la posibilidad de que se realice una tercera elección el 25 de diciembre, por absurdo que parezca.

El 20 de agosto se cumplieron ocho meses desde las elecciones del 20 de diciembre del año pasado, las cuales fueron consideradas históricas, porque con ellas se rompió el bipartidismo que se había generado desde la década de los setentas. En esa ocasión, el Partido Popular (PP), de derecha y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fueron duramente castigados por los votantes, perdiendo en conjunto más de cinco millones de votos. El escenario político se abrió expectante a dos fuerzas emergentes Podemos, de izquierda y Ciudadanos de derecha, así como un número minoritario de agrupaciones nacionalistas o independentistas.

Hubo mucha euforia y se gastó mucha tinta para tratar de adivinar las posibles alianzas para un nuevo gobierno. En la realidad, sucedió lo de siempre, los líderes de izquierda una vez más fueron  incapaces de estructurar las mínimas alianzas, se fueron otra vez por las ramas o tal vez creyeron demasiado que el grueso de la sociedad española quería un cambio. En cuatro meses no hubo gobierno y nada pasó, no hubo caos económico, sólo desgaste mediático.
El tiempo legal para formar gobierno se consumió y una vez más se llegó a unas segundas elecciones generales el 26 de junio pasado. La realidad fue cruda, no hubo triunfo grande de la izquierda, tampoco de la derecha, pero si lo suficiente para que ésta última se acercara nuevamente a la posibilidad de hacer mayoría.

Ya no hubo euforia, ya ni siquiera se expresan escenarios de miedo, de rompimiento de la “unidad de España”, de hecho en estos ocho meses con gobierno en funciones no ha habido inestabilidad, es más, podría decirse que ni si quiera se echa de menos al gobernante español en los cónclaves del poder europeo.

El escenario cambió y aunque sigue repartido en cuatro fuerzas, la derecha está más cerca de alcanzar la mayoría. Mariano Rajoy, logró en las segundas elecciones, mantenerse a flote  y se dispone a recobrar el poder y asfixiar las opciones que representó el cambio. Corrupción, qué importa, hay “cosas más importantes para España” en estos momentos.

Si algo mostraron las elecciones de junio, es que la mayoría de españoles les da miedo el cambio, prefieren un gobierno de coalición y de derecha, esta última no se pierde en nimiedades, esta lista para hacerlo. Tan es así que la derecha independentista y soberanista está dispuesta a pactar con Rajoy para formar gobierno.

Mientras tanto, la izquierda sigue perdida, sin saber porqué la gente no salió a las urnas. No logran articular una respuesta a una derecha que si tienen bien claro qué es lo quiere y que es alejarlos a ellos del poder.

Si Mariano Rajoy no logra doblegar al PSOE para que apoye su investidura el 31 de agosto, habrá una segunda oportunidad el dos de septiembre en la que ya no necesita la mayoría absoluta, sólo la abstención del PSOE. Si fracasa, el  25 de septiembre habrá una nueva oportunidad, luego de que pasen las elecciones vascas y las gallegas. Los pronósticos apuntan a que la posibilidad real será esta última, si no, nuevas elecciones el 25 de diciembre.

Escenario último disparatado, en el cual seguramente poco cambiaría o más bien las bases duras de la derecha volverían a llevar al poder nuevamente a Rajoy. Hay un escenario alternativo, que la izquierda hiciera a un lado sus diferencias y articulara un gobierno distinto, pero ¿cuándo aprenderá la izquierda?