Los valores de la sociedad estadounidense son la base sobre la cual se funda el liderazgo de este país a nivel internacional. Representan, por lo tanto, un pilar fundamental de la actual Estrategia de Seguridad Nacional. Al menos esa es la postura oficial de Washington.

Según el Documento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, actualizado al 15 de febrero del 2015, los valores insignia de la sociedad americana —y que, además, sustentan la política de seguridad nacional— son igualdad, el apoyo a las democracias jóvenes, empoderamiento de la sociedad civil y la prevención de atrocidades de lesa humanidad.

Si contrastamos el contenido de este documento con la práctica, se pueden comprobar las múltiples contradicciones con que viven los Estados Unidos. Uno de sus valores más proclamados es la igualdad; todos iguales ante la ley, cuando en realidad, es uno de los países más desiguales del mundo. De acuerdo con los datos de un estudio sobre la desigualdad publicado por la revista Forbes, en septiembre de 2015, resultó ser el país más desigual del mundo. Medido con el índice de Gini; una medida de la desigualdad en la que una puntuación 0 representa la igualdad perfecta y 100 la perfecta desigualdad, los Estados Unidos obtuvieron  un índice de 80.56 lo que demuestra una elevadísima concentración de la riqueza en pocas personas.

En una conferencia en junio de 2012, Joseph Stiglitz, premio nobel de economía, afirmaba que la desigualdad es uno de los problemas más importantes para un país. El costo de la desigualdad es muy alto tanto para la economía como para la sociedad. Muchos ciudadanos de los Estados Unidos no se han percatado aún de cómo la desigualdad se ha extendido en ese país.

En otro ámbito, apoyar a las democracias jóvenes, muchas veces se ha quedado en un mero discurso. Las democracias jóvenes latinoamericanas como Venezuela, Bolivia y Ecuador, por citar solo algunas, han sufrido del intervencionismo estadounidense en sus asuntos internos en años recientes, con el objetivo de desestabilizar a sus gobiernos.

Ahora bien, otro valor clave enarbolado como factor de la Seguridad Nacional es el empoderamiento de la sociedad civil en países democráticos. Según estén en juego los intereses estadounidenses se actúa de diferente manera. En algunos casos, este empoderamiento busca fortalecer a la oposición, como contrapeso político en cada país, en especial si se trata de  gobiernos latinoamericanos de izquierda.

En general, y contrario a lo que pretende la Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense, los valores de su sociedad se encuentran en una profunda crisis. De acuerdo con una publicación del Pew Research Center, de febrero de 2016, los ciudadanos estadounidenses se encuentran en medio de una tensión entre el respeto a su privacidad y la seguridad nacional. Recientemente, una corte federal ha ordenado a Apple contribuir con el FBI para desbloquear un iPhone utilizado por un supuesto terrorista involucrado con los ataques de San Bernardino.

Evidentemente, el pragmatismo norteamericano se distancia ampliamente de su declaración de valores. Sin embargo, esto no hace más efectiva la prevención de ataques o la neutralización de amenazas extranjeras para la Seguridad Nacional.

Finalmente, hay que considerar un nuevo elemento dentro del análisis. Se trata del giro que la sociedad estadounidense está dando hacia el fascismo personificado en el candidato Donald Trump. ¿De qué manera la agenda fascista y populista de este candidato puede llegar a influir en la Seguridad Nacional en caso de que llegue a la Casa Blanca? En opinión de Walter Russel, de la publicación especializada  American Interest, califica el contenido de la campaña de Trump como populismo nihilista, con todos los riesgos que ello implica. Lo compara, incluso, con Silvio Berlusconi.

Glen Reynolds, de USA Today, coincide con ello afirmando que su auge no es más que un evento populista. D. Rubin, de la emisión televisiva Rubin Report, explica el fenómeno Trump desde la perspectiva de muchos estadounidenses que quieren sentir que su país está de regreso como una nación ganadora.

La Seguridad Nacional estadounidense está sufriendo los embates de una profunda crisis de valores de su sociedad, de su gobierno y de todo su sistema político.