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La red criminal Sinaloa es una multinacional dedicada a 22 tipos de delitos y están ubicados en 69 países.
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Entrevista con Edgardo Buscaglia | Presdiente del Instituto de Acción Ciudadana para la Justicia y la Democracia

La red criminal Sinaloa no es una empresa controlada ya por una sola familia como eran las mafias italianas de antaño de Sicilia; es un directorio formado por diferentes empresarios que no necesariamente están ligados a Joaquín Guzmán Loera, alias el Chapo, por “eso hay pujas para incorporar a miembros de esas diferentes familias al directorio sinaloense”, explica Edgardo Buscaglia, presidente del Instituto de Acción Ciudadana para la Justicia y la Democracia.

La red criminal Sinaloa está estructurada en franquicias, que se otorgan a través de un directorio en donde hay varios miembros de la organización que son directores, como los ejecutivos de las empresas legales, y en este momento hay una puja entre los hijos de la familia Guzmán Loera y otros miembros de la organización, para hacerse cargo de esa franquicia regional que no sólo está en México sino también en Guatemala, El Salvador, Honduras, Venezuela, Argentina.

Están también las amenazas externas del cártel de Jalisco Nueva Generación y de otras organizaciones criminales extranjeras que disputan los mercados de anfetaminas, el control de farmacéuticas para producir muchas de estas drogas ilegalmente en México, porque la red criminal Sinaloa no sólo se ocupa de drogas sino también de contrabando de mercancías, falsificación de dinero; mecanismos ligados a extorsión, fraude electrónico, cibernético, todos esos mercados están divididos en franquicias, es decir, debajo del directorio se tienen franquicias como las que se ven en empresas legales.

El directorio es estable, pero su constitución está sujeta a episodios de violencia, hay elementos importantes que tratan de pacificar la organización para que no se destruya a sí misma, como les ha ocurrido a otras en México. El rol de el Mayo Zambada sigue siendo importante, de todos estos elementos que lo rodean, es un elemento estabilizador de la organización que ha venido actuando como un mediador, como un árbitro en las disputas entre diferentes miembros que quieren formar parte de ese directorio.

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La red criminal Sinaloa opera como la yakuza japonesa, son redes horizontales de franquicias, supervisadas estratégicamente a través de un directorio que autoriza o no el tráfico de diferentes bienes y servicios. El control de este directorio no es operativo, no se hace cargo de quiénes son los choferes, o dueños de los almacenamientos, eso se lo dejan a las franquicias operativas, y algunas de éstas son extranjeras.

No hay que pensar sólo en operaciones mexicanas, la red criminal Sinaloa es una multinacional dedicada a 22 tipos de delitos y están ubicados en 69 países. Los han encontrado últimamente en Filipinas, en Australia y todas esas transacciones hacia estos países son controladas por franquicias, muchas de ellas en manos de australianos y de filipinos, no son sólo mexicanos. Ese control reticular, como una telaraña desde el directorio hacia abajo, es lo que se encuentra en disputa desde la captura de Guzmán Loera.

Muchas de estas composiciones, “personas que son parte del directorio, por ejemplo, eso de que Iván el hijo de este hombre está involucrado o no en el directorio es determinado por mecanismos de mediación y arbitraje que normalmente son conducidos por Zambada, no es todo violencia. Sinaloa se caracteriza por niveles de violencia mucho más bajos que otras organizaciones criminales, en ese sentido se parece mucho a la yakuza japonesa, de vez en cuando aparece un cuerpo asesinado ligado a la organización, pero normalmente las disputas se resuelven a través de mediaciones y arbitraje”.