Muchas son las voces de la opinión pública que sostienen la teoría de que detrás del movimiento magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se encuentran grupos subversivos como el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Ejército Revolucionario del pueblo Insurgente (ERPI), ya que “desde el movimiento de la APPO en 2006, los servicios de inteligencia nacionales habían detectado la operación de estos grupos radicales al interior de la Sección 22 de la CNTE, y poco a poco han ido corroborando que miembros del EPR y ERPI  no sólo tiene presencia en esas agrupación magisterial, sino incluso toman decisiones y dictan planes de acción”.

De acuerdo a lo publicado en la prensa nacional “los vínculos de la Sección 22 y la guerrilla quedaron al descubierto en 2013, tras el rescate de los niños Juan José y Alexa Álvarez Benfield, sobrinos del entonces titular del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, pues entre sus secuestradores había profesores de la CNTE y miembros del EPR…”. 

Apoyo financiero a radicales

En ese sentido, Armando Rodríguez Luna, investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE), afirma que lo único que aporta la guerrilla, en todo caso, es su ideología a este tipo de movimientos. Una cosa es mostrar el apoyo que reivindica principios, propuestas de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, de  mejorar las condiciones sociales y educativas del país y otra es un apoyo en términos financieros, de hombres, de armas la verdad eso está muy lejos.

“Es mucho más factible la idea de que son estructuras a nivel estatal tipo político las que están apoyando a este movimiento. Son los que tendrían el dinero, la logística para apoyar con camiones, con alimentos, incluso con armas a estos movimientos radicales de los profesores de la Coordinadora”.

Ante la intransigencia de la CNTE de mantener el paro de labores y no regresar a clases en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán hasta que se derogue la Reforma Educativa, Rodríguez Luna asegura que es una manera de ejercer presión ante los gobiernos, “la Coordinadora está tratando de generar una serie de presiones para mantener privilegios y acorralar a los gobiernos estatales. Gana espacios, tiempo, siguen recibiendo sueldos, financiamiento. Es un actor político-social que doblega la voluntad y poca capacidad del gobierno federal para enfrentarla. La opinión pública está jugando un papel importante hacia la ineficacia del gobierno”.

Señala que cuando el gobierno decide poner un alto utilizando a la fuerza pública lo hace mal, “utilizan a la fuerza pública sin la capacitación suficiente, cuando se trata de la policía estatal, sin la coordinación necesaria cuando se trata de coordinar a las fuerzas estatales y federales, cometiendo violaciones a derechos humanos que han sido cada vez más documentadas”.

Armando Rodríguez Luna, investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE).

Armando Rodríguez Luna, investigador del Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia (CASEDE).

Los más afectados, los niños

Asevera que los más afectados son los niños, adolescentes de primaria y secundaria que no reciben clases, que están en esta situación desde hace 15, 20 o 30 años; “el Sindicato Nacional de Trabajadores del Estado (SNTE) y particularmente la Sección 22 de la Coordinadora tuvieron a bien generar espacios para ganar privilegios políticos, sociales sólo para unos cuantos en detrimento de mejores profesores, de abrir plazas a profesores con vocación y bien capacitados”.

Con las marchas de estos últimos meses, la más afectada es la sociedad que no puede recibir medicamentos, abastecimiento de alimentos; los empresarios que no pueden continuar con sus actividades y que afecta el empleo de otras personas. 

Contacto magisterio-guerrilla

El investigador considera que en este conflicto de la disidencia magisterial más que una infiltración de la guerrilla existen intereses políticos a nivel estatal, “estos intereses se están imponiendo, ellos financian los movimientos de este tipo desde hace varios años. El caso del gobernador de Oaxaca, de los gobernadores de Michoacán, esto ha sido documentado”.

Al hablar sobre si detrás del movimiento magisterial está la guerrilla, el especialista en seguridad nacional, geopolítica e inteligencia, indica que en el caso específico de Oaxaca, esa parte de la sociedad  rural y semirural que forma parte del movimiento de la Coordinadora tienen contacto de una u otra manera, de manera directa o indirecta con los grupos guerrilleros que persisten en este estado.

“El tema es que en realidad ningún movimiento guerrillero, ni en Oaxaca, ni en Guerrero es considerado una amenaza, un riesgo para la seguridad nacional, porque tienen muy pocos elementos, están muy mal armados, es más la ideología la que los mueve que  la verdadera capacidad operativa”.

“Algunos miembros de la CNTE pueden tener contacto directo con la guerrillas por una cuestión ideológica, mas que formar parte de un movimiento subversivo que intente derrocar al Estado”.

En el caso de Guerrero –dice– muchos de los profesores, en especial de primaria y secundaria, “están influenciados por la ideología todavía marxista, maoísta, comunista que persiste en algunas de estas comunidades que se quedan solo en eso, en ideologías”.