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El problema no son los maestros sino la estrategia totalmente errónea por parte del gobierno.
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Entrevista con René Arce | Ex guerrillero y analista político
Nora Rodríguez Aceves
La posición inflexible y radical de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de no regresar a los salones de clases hasta que el gobierno federal acepte su principal demanda, derogar la reforma educativa; los hechos violentos ocurridos en Nochixtlán, Oaxaca; la escalada de agitación social en éste y otros estados como Guerrero, Michoacán y Chiapas, sustenta la teoría de autoridades estatales y federales, de actores políticos y de la opinión pública de que en el movimiento disidente magisterial hay grupos radicales desestabilizadores infiltrados, la guerrilla.
Grupos como el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI), ya que “desde el movimiento de la APPO en 2006, los servicios de inteligencia nacionales habían detectado la operación de estos grupos radicales al interior de la Sección 22 de la CNTE, y poco a poco han ido corroborando que miembros del EPR y ERPI no sólo tiene presencia en esas agrupación magisterial, sino incluso toman decisiones y dictan planes de acción”.
De acuerdo a lo publicado en los diarios de circulación nacional, “los vínculos de la Sección 22 y la guerrilla quedaron al descubierto en 2013, tras el rescate de los niños Juan José y Alexa Álvarez Benfield, sobrinos del entonces titular del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Gerardo Gutiérrez Candiani, pues entre sus secuestradores había profesores de la CNTE y miembros del EPR”.
Además, según autoridades estatales y federales, “grupos radicales infiltrados en la protesta de la CNTE fueron los responsables del choque violento en Nochixtlán, aunque siguen las investigaciones para definir quién disparó las balas que provocaron fallecimientos y heridos”.
El gobierno, sin saber enfrentar el conflicto
En este marco de enfrentamiento abierto entre el gobierno federal y la disidencia magisterial René Arce, exguerrillero y analista político, asegura a Siempre! que el problema no son los maestros sino la estrategia totalmente errónea por parte del gobierno que ha cometido una falla terrible en sus mecanismos de elaboración de inteligencia. Al no tener información para analizar y volverla inteligencia para poder actuar sobre ello y construir una estrategia adecuada.
En el caso de la CNTE, ellos han seguido durante años una estrategia y una táctica que les ha dado resultados, lograr concesiones y concesiones a base del chantaje, de la presión, de la movilización y se mantienen en esa tesitura.
“Es el gobierno el que no ha sabido cómo enfrentar este conflicto. Lo ha hecho entregando todo lo que ha pedido el magisterio a través de sus demandas con lo que han estado alimentando un grave problema y cuando han intentado utilizar la fuerza no saben cómo hacerlo”.
Han sido —asegura Arce— “malos para implementar la fuerza pública y comenten errores que hacen que la Coordinadora quede como víctima, como un sector que es golpeado de manera inadecuada y otra vez eso regresa al gobierno a una debilidad que no le permite aplicar la ley una manera adecuada”.
“Ese es el verdadero problema que se vive ahorita, porque ya conocemos lo que es la CNTE no de ahora sino de hace muchos años y sabemos cual ha sido su estrategia y su táctica para poder lograr sus concesiones”.
En cuanto al tema de los grupos radicales que se dice están infiltrados en la CNTE y que el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, ha negado en reiteradas declaraciones a la prensa señalando que su gobierno no los ha detectado. “Sólo aceptó que activistas de diversas organizaciones sociales son los que acompañan al magisterio en movilizaciones y bloqueos de carreteras”.
Arce afirma que “muchos de los profesores que están en la CNTE, sobre todo en estados como Guerrero, Chiapas, Michoacán, Oaxaca, estuvieron en normales rurales en donde todavía se tienen planes de estudios que contempla el materialismo histórico, el materialismo dialéctico, que es el marxismo y la lucha de clases, como parte de la formación de los jóvenes”.
Por tanto, estos profesores cuando salen de las normales lo hacen con esta formación y luego llegan a lugares en donde las condiciones materiales, las condiciones de vida de esas poblaciones, de esas escuelas, están en grados terribles. Donde hay escuelas todavía que son improvisadas, donde no hay sanitarios, donde la pobreza es muy grande y donde la mano del gobierno no se nota, por supuesto que una ideología adquirida en los planteles educativos y esas condiciones materiales facilitan que muchos de esos jóvenes recuran a veces a que esa ideología se transforme en práctica y bueno ahí están las condiciones lo dijéramos en otra época, objetivas para que una gran cantidad de profesores abracen una serie de conductas y de formaciones que los llevan a creer que desde ahí pueden iniciar la transformación social, política y económica de un país.
“Esto es lo que les da condiciones a que se planteen la transformación por una vía no pacífica, por una vía no electoral, el tener bases de sustento en estos lugares y por eso una gran cantidad de maestros se han ligado a grupos de este tipo”.
El político mexicano apunta que no hay que olvidar que “Genaro Vázquez Rojas —líder sindical del magisterio guerrerense—, Lucio Cabañas —maestro rural— y otros profesores se vincularon desde hace años a grupos armados y aunque fueron en muchas zonas derrotados quedó parte de esa manera de ver las cosas, de quererlas transformar, incluso esos grupos después se fusionaron con grupos locales como en Oaxaca lo que fue en su momento el Procup —Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo— y después formaron el EPR —Ejército Popular Revolucionario— junto con los restos de lo que era el grupo de Lucio Cabañas, Asociación Cívica Guerrerense (ACG), y todos ellos han ido conformando un grupo que tiene asiento en los sectores más pobres del campesinado, en el magisterio y las normales rurales”.
En en el caso de Oaxaca “hay muchos grupos de este tipo, pero el EPR sí tiene una presencia y una fuerza en varias zonas del estado como también la tiene el EZLN en Chiapas. Grupos que guardan una gran influencia histórica y es muy fácil que estén involucrados con la CNTE. “Tienen fuerza y presionan. Cuando alguna dirigencia trata de llegar a acuerdos o son cooptados, de manera incorrecta por el gobierno que literalmente los compra con dinero, estos grupos son los que presionan en las bases, los que generan los movimientos más radicales y obligan a que aquellos que tuvieren alguna posición de negociar o de acortar sean desplazados inmediatamente por la parte más radical”.
“Para ellos es muy importante el que no haya acuerdos porque de ahí nutren su concepción, en base al enfrentamiento irán generando las condiciones para poder por la vía revolucionaria cambiar el sistema”.
Operaciones “quirúrgicas”
Arce sostiene que está “convencido de que hay grupos ahí adentro que tienen una visión revolucionaria de las cosas, que no actúan por la vía pacifica ni la vía electoral, sin embargo también hay un gran sector del magisterio que ni siquiera lo sabe, que actúa porque le dicen, hay que defender tus conquistas y no es porque quiera hacer una revolución ni nada por el estilo”.
Por eso es importante saber discernir en dónde sí, para hacer una presencia, hablo de inteligencia, para hacer operaciones quirúrgicas que ayuden. Si el gobierno usa todos los mecanismos que tiene, hay muchos que puede emplear para sacar adelante este conflicto magisterial y poder evitar que se repitan enfrentamientos o situaciones como la de Nochixtlán.
De no ser así “se puede generar un gravísimo problema porque hay poblaciones enteras que por su pobreza, por la falta de información pueden apoyar a los maestros que en este momento está vendiendo la idea de que se intenta quitar la educación pública, vender los libros, cobrar cuotas, muchas cosas que se han dicho a los padres de familia y donde no hay información adecuada las poblaciones responden a los intereses del magisterio”.
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Nueve grupos guerrilleros
Las labores de inteligencia del gobierno federal han permitido ubicar a nueve grupos subversivos o “irruptores” que tienen como centro de operación los estados de Guerrero, Chiapas, Morelos y de México.
1.- Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)
2.- Ejército Popular Revolucionario (EPR)
3.- Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgentes (ERPI)
4.- Las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo (FARP)
5.- Comando Jaramillista Morelense 23 de Mayo
6.- Ejército Villista Revolucionario del Pueblo
7.- El Comité Clandestino Revolucionario de los Pobres “Comando Justiciero 28 de Junio”
8.- La Tendencia Democrática Revolucionaria
9.- Coordinadora Guerrillera Nacional “José María Morelos”
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