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Experto en el trabajo sucio de la política así como en la fructífera práctica de agenciarse dinero público.
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Macabro personaje

 

“Hombre sin lealtades. Cuando no se tiene palabra no se tiene nada”, así calificaba la exlideresa del SNTE, Elba Esther Gordillo, a su antiguo aliado Miguel Ángel Yunes Linares en una entrevista que concedió en 2010 a la periodista Adela Micha.

Lo anterior por las traiciones, no sólo amorosas, sino también de negocios que por muchos años el político veracruzano sostuvo con la Maestra.

Hoy, Yunes Linares es el gobernador electo de Veracruz, llega señalado por la comisión de presuntos peculados en los cargos públicos que ha tenido desde hace 15 años, muchos de ellos gracias a su relación con la entonces poderosa Elba Esther Gordillo.

Yunes Linares, desde que fue secretario de gobierno en Veracruz con Patricio Chirinos como gobernador, se ha consolidado como político experto en el trabajo sucio de la política (recuérdese que en esos tiempos, como secretario de Gobierno, le mandó a Cuauhtémoc Cárdenas a un grupo de travestis para que se tomaran la foto con el político michoacano cuando disfrutaba de un café con sus amigos en el puerto de Veracruz) así como en la fructífera práctica de agenciarse dinero público.

Si se sumaran los sueldos obtenidos por Yunes Linares desde que fue director del ISSSTE a la fecha, la cantidad acumulada no le alcanzaría para comprar ni siquiera tres de los departamentos que, con su hijo Omar Yunes Márquez como prestanombres, tiene en la exclusiva zona de Polanco.

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Los siete inmuebles que la familia Yunes tiene en Polanco suman un valor aproximado de 60 millones de pesos, según consta en los documentos que presentó Javier Duarte cuando lo denunció ante las autoridades correspondientes por presunto enriquecimiento ilícito.

De igual forma, al próximo gobernador de Veracruz se le atribuye la propiedad de diversos inmuebles en Estados Unidos, así como en el estado que gobernará a partir del próximo primero de diciembre.

Después de las elecciones de junio pasado, el PAN presumió al próximo gobernador jarocho como la joya de la corona de las entidades que, en alianza como el PRD, ganó en Veracruz, Durango y Quintana Roo, simulando que ignora, o de plano haciendo ojo de hormiga, el tenebroso pasado de Yunes Linares.

La estrategia para limpiar el dinero obtenido de forma ilegal, cometiendo con ello un presunto peculado en perjuicio del ISSSTE, como el que se le atribuye en connivencia con la empresa de tiendas departamentales Chedraui y su famosa forma de financiamiento, llamada Paguitos, fue utilizar a su hijo Omar Yunes Márquez para que realizara todo tipo de operaciones con ese botín producto de las malas artes que en su desempeño como funcionario público le son ampliamente conocidas a Yunes Linares.

De igual forma la sección 32 del SNTE denunció que Yunes Linares lavó nada menos que 230 millones de pesos por medio de 113 operaciones financieras realizadas durante 4 años hasta 2011, por medio de la promoción Consupago, de grupo Chedraui, a las empresas Corporate Linkage, a quien remitió más de 30 millones de pesos, y Cobranza y Recuperación a la que transfirió más de 80 millones de pesos.

Con este tipo de políticos deberán navegar los veracruzanos que serán gobernados durante los próximos seis años por este macabro personaje, cuya honorabilidad y honestidad están enredadas en una gruesa telaraña de complicidades y oscuros manejos del dinero público.