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Si no se dedica el endeudamiento a una inversión productiva, en capital humano, la deuda crece, el país no.
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Entrevista con Luis Foncerrada | Director general del CEESP

Por Nora Rodríguez Aceves

Ante el planteamiento de la calificadora Standard & Poor’s de que el reto de México es más político que económico, Luis Foncerrada, director general del Centro de Estudios Economicos del Sector Privado (CEESP) explica a Siempre! que “la gran base de crecimiento de cualquier país en el mundo, incluyendo el nuestro, es que exista un imperio de la ley, que haya Estado de derecho, que los derechos de propiedad sean incondicionalmente respetados, que haya certeza jurídica, que el Poder Judicial funcione correctamente, que haya una buena regulación, no tiene que ser menor, pero si hay una buena regulación general en la economía en todo el país se crea un buen ambiente de negocios.

El crecimiento “está determinado prácticamente por una sola variable, que es la inversión, pública y privada; indudablemente la decisión de la estructura del gasto público tal como lo determina la Secretaría de Hacienda es un factor fundamental, la estructura del gasto puede tener criterios de manera muy importante de desarrollo económico, si se decide invertir mucho más o hacer la obra que requiere el país y de esa manera inducir la inversión privada”.

En ese sentido, sí es una determinación de política económica y sin duda tiene ingredientes políticos; los presupuestos es cierto que tienen una estructura muy rígida en algunos renglones, por ejemplo no se pueden dejar de pagar las pensiones, los intereses de la deuda, las participaciones a los estados, ése es un acuerdo federal, esos renglones ahí están. Hay otros que son gasto corriente, gasto de consumo que también es muy difícil tocarlos, los gastos en salud, de mantenimiento, de la infructura, en educación, en defensa, de protección, y en ese sentido es cierto que el presupuesto tiene una parte muy rígida, desgracidamente la más grande.

Sin embargo, hay muchos programas que viéndolos con cuidado sí tienen importantes elementos políticos que los determinan, no sólo en el presente sino también en el pasado, como programas que se crearon durante el Tratado de Libre comercio (TLC) para compensar un par de años el efecto que pudiera tener, y siguen existiendo cuando eso ya pasó, son muchos, pero ahí la determinación sí es política.

No es, por supuesto la parte más gorda del presupuesto la que se puede tocar políticamente, pero estos otros criterios sí son políticos y los programas que existen o no existen también se determinan políticamente, sí es cierto que muchos de ellos con elementos muy objetivos para ser llevados a cabo, pero hay otros que no deberían existir y que políticamente es difícil cancelarlos, pero económicamente sería lo mejor para el país y para todo el pueblo de México, así que sí hay en el presupuesto algunos elementos políticos”.

Otro tema que también es de política económica es en qué se gasta la deuda: si me endeudo para crear carreteras, puentes, aeropuertos, puertos, mejorar hospitales, escuelas, para invertir en capital humano, todo esto, es un endeudamiento justificado, válido, porque eventualmente esa misma deuda a través de todo esto producirá ingresos y se paga sólo una deuda; pero si no se dedica el endeudamiento a una inversión productiva, en capital humano, en todo esto que dije, la deuda crece, el país no, y esto es delicado. De ahí la enorme importancia que nosotros hemos continuamente señalado de que se reestructure el gasto, de que haya una reingeniería del gasto, pero también de que se reduzca y se eliminen algunos renglones para evitar tener un déficit adicional y por lo tanto más deuda.

En este panorama de una economía estancada, de una devaluacion del peso, de poca inversion extranjera, de fuga de divisas, Luis Foncerrada hace un análisis de la situacion financiera del pais.

 

Alza del petróleo

Hubo una caída en la producción de petróleo por el agotamiento de Cantarell y eso llevó a reducir las exportaciones de petróleo. Ésa es la principal causa de la reducción de los ingresos petroleros para el gobierno, para Pemex y para Hacienda.

Por primera vez en todos estos años tuvimos un déficit petrolero, importamos más productos petrolíferos que los que exportamos, petroquímicos que siempre se habían importado ahora crecieron más —gas, gasolina—, y esto nos llevó a un déficit importante en la balanza de pagos.

 A worker prepares to transport oil pipelines to be laid for the Pengerang Gas Pipeline Project at an area 40km (24 miles) away from the Pengerang Integrated Petroleum Complex in Pengerang, Johor, in this February 4, 2015 file photo.  Sentiment at Asia's biggest firms tumbled in the third quarter at record pace due to growing worries about the economic slowdown in China and the risks it poses to the global outlook, a Thomson Reuters/INSEAD survey showed. To match story ASIAPAC-SENTIMENT/         REUTERS/Edgar Su/Files

Balanza de pagos

Aquí hay dos impactos diferentes: uno de ventas al exterior; al bajar las exportaciones, lo que se tuvo fue un déficit que creció casi un punto del PIB en la balanza comercial, esto es, las exportaciones de bienes y servicios, solamente, pero este déficit de la balanza comercial sin duda abonó a tener un déficit en la cuenta corriente, que es la cuenta que la incluye, pero también incluye las remesas, el turismo y el pago de factores al exterior, todos los dividendos y los intereses que se pagan por nuestra deuda y los dividendos que se mandan al exterior. Igual los que mandan del exterior, los intereses que se pagan por que se haya prestado a alguien.

Todo este conjunto llevó a finales de 2015 a un déficit en cuenta corriente de 3% del PIB, ligeramente menor a la entrada de capital proveniente de inversión extranjera directa.

 

Presión financiera 2015-2016

En 2015 vimos una presión importante, pero durante 2016 bastante más pronunciada. En total, en junio los valores gubernamentales en manos de no residentes sumaron alrededor de 300 mil millones de pesos, lo que manifiesta que el impacto del petróleo en la balanza de pagos es muy delicado.

Nuestro reto es resolver dos cosas: la balanza de pagos y las finanzas públicas. La devaluación del tipo de cambio además de crear altos precios no nos conviene, pues también incrementa mucho los costos para el sector público, así que es muy delicado que suba el tipo de cambio.

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El empresariado

Luis Foncerrada explica cómo impacta este contexto financiero en el sector empresarial; la deuda alta y la balanza de pagos con un cambio en la cuenta corriente hace ver el sector empresarial que si esto se resuelve con una devaluación más fuerte, eso implica incremento de precios, y ahí la preocupación es muy clara.

No queremos que se incrementen los precios, que haya inflación alta, venimos de una base muy baja y eso nos está ayudando, pero la inflación este año es probable que esté arriba de 3%, a lo mejor un 3.3%, que es un punto completo, con respecto al año pasado se logró una extraordinaria reducción de los precios.

La inflación siempre tiene muchos inconvenientes y ésa es la parte preocupante, cambia los precios relativos por alto uso; de igual manera, encarece insumos, cambia el consumo, los parámetros que determinan la inversión cambian, las tasas de interés pueden seguir incrementándose, incrementando costos.

Por lo tanto, no sólo como sector empresarial sino como mexicanos, como miembros de una familia, como obreros, como trabajadores, como campesinos y toda la gente dedicada a los servicios nos interesa que haya estabilidad en los precios, en los costos, en las tasas de interés y que no se pierdan reservas internacionales que juegan un papel fundamental como elemento de soberanía en el país.

En ese sentido, el mantener la estabilidad de precios es muy importante; de ahí la importancia de que el tipo de cambio no se mueva tanto; el secretario Videgaray lo ha dicho claramente, hay una decisión para equilibrar el presupuesto; y con ese presupuesto, una reducción real, importante, fuerte, con un superávit que esperamos que sea superior al 0.2% del PIB, se logra la estabilidad que todos necesitamos.