Realidad clara y contundente
Llegó septiembre, al que se nomina mes de la patria; al inicio del mismo se estiló durante décadas que el jefe del Ejecutivo Federal presentara su informe para dar cuenta hasta con pesos y centavos de las obras que destacaban en la gestión, por fortuna ese boato se extinguió.
Fue otra época, la gran mayoría de los legisladores se mostraban acríticos, el paradigma monolítico imperaba, más bien los aplausos y vítores se lanzaban con la añeja marca del servilismo. Escenografía a modo para entronizar a los presidentes imperiales.
La alternancia, un sistema de partidos que trazaba la pluralidad, fue un elemento que llegó para moldear otro paradigma y así marcar una ruta de la denominada normalidad democrática. Cada mandatario ha tenido su propio estilo de gobernar, el presidente Enrique Peña Nieto entregó su informe a través del secretario de Gobernación para posteriormente reunirse con jóvenes para abundar acerca de algunos temas bajo un esquema descafeinado que no registró nada digno del debate, sus equívocos ya son la constante, prescindible foro.
El citado encuentro con jóvenes fue opacado por las reacciones multiplicadas a manera de reproche por la polémica invitación que destapó una caja de Pandora tras convocar a Donald Trump para hacerlo huésped de Los Pinos; esa sombra perniciosa no deja de perseguir al presidente Peña Nieto, en mala hora fue concebida dicha entrevista. Injustificable la convocatoria al racista candidato norteamericano que insiste en erigir un muro mayúsculo en la zona fronteriza con nuestro país.
Se podría suponer que ante tantos yerros ya no se podría pensar en otro sinsentido pero nos equivocamos, la imagen presidencial quedó aún más maltrecha, en todo caso se ha encargado el jefe del Ejecutivo de relanzar la campaña alicaída del magnate cuya ideología hace evocar el fantasma del nazismo.
Desde la cúpula gobernante los desatinos se multiplican, parece que el mandatario mexicano navega a la deriva carente de asesoría, la investidura se ha devaluado, después de Vicente Fox no se pensaría que alguien vendría a superarlo en ese terreno, sólo que la realidad es clara y contundente.
Los problemas de inseguridad se cuentan por racimos, los escándalos de corrupción han dejado una marca imborrable en este sexenio, los desatinos ya son constantes aunque no dejan de sorprender, al pensar que ya no habría decisiones absurdas suceden para dejar consecuencias.
El incremento en los precios de la gasolina contradice los anuncios triunfalistas al exaltar las reformas estructurales paridas por el controvertido Pacto por México, secundado por el PAN y el PRD. Todo queda inscrito como un simple espejismo. No se rebasó el lindero de las expectativas.
La cancillería mexicana ha quedado exhibida, fue una triste comparsa en la polémica visita del candidato del Partido Republicano a nuestro país, trascendió que renunciaba la secretaria de Relaciones Exteriores, sería la mejor alternativa.
Para muchos lo mejor sería que ya concluya esta administración marcada por desatinos, en el horizonte se vislumbra una encarnizada lucha por la sucesión en la que el PRI tiene un escenario complejo, ya en la última contienda perdió siete de doce gubernaturas. Los errores en política se pagan al contado, no se admite mora.