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Es conveniente un golpe de timón. En todo caso el mandatario tiene la palabra y no sé si el vigor para intentar un viraje.

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Balances

Diversos signos demuestran el debilitamiento institucional de nuestro país, las crisis saltan a la vista, la inoperancia de las reformas estructurales, la intransigencia como argumento de grupos contrarios al gobierno, los alcances brutales del crimen organizado así como los múltiples escándalos de corrupción parecen ser una peligrosa constante cuyos saldos resultan temibles.

Ante este panorama el presidente Enrique Peña Nieto entregará su cuarto informe de gobierno en el peor momento de su popularidad, la violación a los derechos humanos resulta evidente, los incrementos a la gasolina, los señalamientos del presunto plagio de su tesis de licenciatura más lo que se acumule no dejan lugar para el reposo.

La reforma educativa de contenido laboral ha representado un problema que ha escalado en algunas entidades como Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, todo ello estropea la certidumbre y muchos niños quedan huérfanos de escuela.

Los estallidos sociales son un fantasma que da vuelta por el país mientras algunos políticos hace rato que tienen la mira puesta en los comicios de 2018, su partido el PRI ha vuelto a ser un sparring al que le han cobrado la factura hasta noquearlo como sucedió en los últimos comicios.

No se percibe la autocrítica, sino más de lo mismo, es decir una pasividad inquietante ante los saldos paupérrimos y una baja creciente en la popularidad del mandatario.

3299-BATRAJAS

La brújula se perdió, la gobernabilidad se deshace y los vacíos que se reflejan por doquier se llenan de la peor manera en muchos casos, el descontento o “mal humor social” no se diluye porque los motivos para ello los tenemos de sobra.

No se vislumbran cambios, si posterior al fracaso de la delegación mexicana atenuado por la obtención de algunas medallas en Río de Janeiro no removió al titular de la Conade, Alfredo Castillo, entonces no sorprende que se mantenga esa misma tónica cansina e inexplicable.

Son muchos los frentes abiertos, diversos los temas que requieren de un verdadero abordaje o las cosas serán peores, le restan dos años de gobierno al presidente Peña Nieto, es conveniente un golpe de timón aunque no se vislumbra cómo. En todo caso el mandatario tiene la palabra y no sé si el vigor para intentar dar un viraje.

En otra razón de ideas, no podemos sustraernos del impacto que registró la muerte de Alberto Aguilera Valadez, mejor conocido como Juan Gabriel. Nacido en Parácuaro, Michoacán; el cantautor deja un legado trascendente en la cultura popular, un hombre que abatió adversidades para instalarse en un sitial indiscutible, sus canciones sobreviven para hacer más lustroso su carisma.

Figura icónica, prolífico compositor que escaló los peldaños de la fama y el reconocimiento pleno, sus canciones están presentes, la adversidad no apagó su estrella, los pesares los hizo melodías.

En su pueblo natal sus coterráneos lo despiden, lo mismo en Ciudad Juárez y en muchos sitios porque se le despedirá con canciones, Juan Gabriel destaca entre los grandes, no podía ser de otra manera.