media-photo_57c8ca2cda77603d0f31c8f7_640wLa operación denominada “Toma de Caracas” se hizo realidad este fin de semana, luego que miles de manifestantes salieran a las calles de la capital venezolana para exigir que se fije la fecha de realización del revocatorio contra Nicolás Maduro. En contraparte una marcha masiva de simpatizantes chavistas ocuparon también las principales avenidas de la ciudad en defensa del presidente, quien ha calificado la concentración opositora como un instrumento para desestabilizar al país.

La movilización convocada para este primero de septiembre fue calificada por Maduro como un intento de golpe de estado por la designación que los opositores le dieron a la marcha.

“Ellos ahora dicen que no iban a dar un golpe de estado, ahí están los vídeos. Para que ustedes vean que amenazaron que iban a asaltar Caracas, que iban por mí para Miraflores [sede de la Presidencia], que el 1 de septiembre se acababa todo”.

0000715807Maduro denunció que durante la protesta fueron detenidos 92 paramilitares colombianos y varios dirigentes de la oposición. Por su parte, la canciller Delcy Rodríguez señaló a los manifestantes como una repetición de las acciones violentas de 2014 para desestabilizar al gobierno e imponer un modelo neoliberal.

“Cuando se convocó la Toma de Caracas empezó una campaña de guerra, avisando que habría una toma que acabaría con el Gobierno de Venezuela”, destacó la diplomática venezolana.

Destacó que tras culminar la marcha convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), grupos de manifestantes extremistas causaron disturbios en la autopista Francisco Fajardo, donde colocaron obstáculos en la vía; una acción que pudo haber causado la muerte de automovilistas.

Las protestas de ambos bandos tienen lugar en medio de una fuerte escasez de alimentos que ha afectado al grueso de la población, ocasionando un aumento en la inseguridad e inflación económica.