Luego del secuestro y asesinato del párroco de Nuestra Señora de Fátima, en Poza Rica, Veracruz, Alejo Nabor Jiménez Juárez, y del vicario José Alfredo Suárez de la Cruz, el Papa Francisco envió sus condolencias.
A través de una carta difundida por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) enviada al Obispo de Papantla, José Trinidad Zapata Ortiz, el pontífice manifiesta su firme condena a todo atentado a la vida y la dignidad de las personas.
“El Santo Padre expresa su más sentido pésame a vuestra excelencia, así como al clero, comunidades religiosas y fieles de esa querida diócesis, a la vez que ofrece sufragios por el eterno descanso de estos sacerdotes de Cristo, víctimas de una inexcusable violencia”, destaca.
En la carta que fue firmada por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolina, el Papa Francisco exhortó al clero y los agentes pastorales de la diócesis a continuar con energía su misión eclesial, a pesar de los obstáculos y siguiendo el ejemplo de Jesús.
El Papa se dice profundamente apenado por estos hechos y hace llegar a los familiares de las víctimas su cercanía en tan dolorosa prueba.
Las víctimas conocían a sus asesinos
La Fiscalía de Veracruz señaló que los religiosos de Poza Rica, Veracruz, cuyos cuerpos se encontraron el pasado lunes, conocían e incluso estuvieron ingiriendo bebidas alcohólicas con los autores de su asesinato y posteriormente la reunión “se tornó violenta”.
Luis Ángel Bravo Contreras, Fiscal de la entidad, descartó que el crimen organizado fuera el móvil. “Es totalmente falso lo que ha venido difundiéndose en algunos medios de que eran objetivos de la delincuencia organizada. Víctimas y victimarios se conocían, estaban conviviendo, estaban libando alcohol, al dicho de testigos que estaban ya en las diligencias que ha desahogado la Fiscalía General”.
Episcopado indignado
Mediante un comunicado la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su “dolor e indignación ante la violencia ejercida” contra los sacerdotes asesinados, y exhortó a la autoridad a lograr el “esclarecimiento de los hechos y la aplicación de la justicia contra los responsables”.
“En estos momentos de dolor, impotencia y tragedia provocada por la violencia, elevamos nuestra plegaria al cielo por el eterno descanso de estos hermanos nuestros, e imploramos al Señor la conversión de sus agresores”, añadió.

