Con el propósito de conocer y seguir discutiendo, analizando, con absoluto sustento e información la inictiva sobre matrimonios igualitarios presentada por el presidente Enrique Peña Nieto ante el Congreso de la Unión en mayo, Siempre! presenta en esta edición algunas de las posturas expresadas por los representantes de las diversas Iglesias sobre este polémico tema.

En su segundo día del foro Un llamado a la moderación. Laicidad: tolerancia y minorías, llevado a cabo el pasado 8 de septiembre en Casa Lamm, líderes religiosos piden respeto para el Estado laico, para los derechos de las minorías en México y cuestionan la postura de la Iglesia católica por oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo.

 

 

Eliezer Gutiérrez

(Iglesia la Luz del Mundo)

Nuestra Iglesia distingue el matrimonio religioso del matrimonio civil, el matrimonio religioso es responsabilidad de la Iglesia y a ella corresponde preservarlo tal como Dios lo estableció. El matrimonio civil es responsabilidad del Estado y corresponde a éste legislarlo, así como la Iglesia no debe definir el matrimonio civil, el Estado tampoco puede definir el matrimonio religioso.

No debemos permitir a nadie reabrir heridas ya cicatrizadas por el paso del tiempo. Tengamos presente que la conquista del Estado laico le ha costado a México sangre y dolor, en un Estado laico y democrático los mexicanos podemos caminar y convivir en libertad, creamos en lo que creamos, queramos lo que queramos siempre que respetemos a nuestros semejantes bajo los principios de igualdad, legalidad, libertad y justicia.

Resulta paradójico que quien se presenta hoy como defensor del matrimonio sea la institución que ha negado el matrimonio a sus ministros de culto, un derecho consagrado en el artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Nos parece inconcebible que quien se presenta hoy como defensora de los derechos fundamentales sea la organización que viola el principio del interés superior de la niñez a través de los actos de pederastia clerical y el encubrimiento de los jerarcas católicos.

La embestida actual al Estado laico pone de manifiesto la urgencia de reglamentar debidamente el artículo 40 constitucional con una ley reglamentaria, tan inaplazable decisión legislativa desarrollaría las múltiples facetas contenidas en la esencia de la república laica y prevendría futuras agresiones cuya única pretensión real es vulnerar el Estado laico para restaurar antiguos privilegios, por supuesto esta ley reglamentaria debería de comprender y dar cauce a las peticiones de todas la sociedad muchas de ellas se relacionan con los derechos de las minorías sus reivindicaciones y sus libertades.

Consideramos oportuno puntualizar en este foro que para la Iglesia la Luz del Mundo no es suficiente con hablar de tolerancia, la dignidad humana no aspira a ser tolerada exige ser respetada.

 

Arturo Carrasco

(Iglesia anglicana)

El matrimonio igualitario es un hecho reconocido ya por la legislación: la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha reconocido que es un derecho, puede ser controvertido en algunos estados, sin embargo, lo único que conseguirán es lo que está sucediendo hasta hoy en día, un turismo hacia la Ciudad de México para poder casarse sin ninguna cortapisa.

Si bien se puede argumentar bíblicamente contra la homosexualidad, Pablo el apóstol hace un decálogo que también señala la corrupción, el adulterio, el robo, y no veo a estos líderes religiosos convocando a marchas para proscribir estas conductas.

Exhorto a los legisladores para que reconsideren y vean este tema como la posibilidad también para madurar en la separación entre las religiones y el Estado. Los derechos no pueden sujetarse a criterios democráticos, mucho menos electorales, este entendimiento del cuidado de las minorías siempre está en riesgo para haber apabullado por las grandes mayorías, miedo a la diversidad como en su momento hubo miedo a las mujeres, hubo miedo al diferente a lo diferente.

Esta coyuntura está siendo utilizada para reposicionar en el ámbito de las políticas públicas a este fundamentalismo religioso. Tiene todo el derecho a expresar sus propias convicciones dogmáticas de fe y morales, están en todo su legítimo derecho, pero de eso a pretender que sea norma jurídica para todos los mexicanos hay un trecho que debemos cuidar, salvar, no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Rubén Ruiz

(Iglesia Cristiana Evangélica)

Frente a todo este ambiente de polarización que se está desarrollando en nuestro país es necesario reforzar el carácter laico del Estado mexicano.

La laicidad, el Estado laico, la sociedad laica, son los únicos instrumentos con los que contamos como mexicanos para asegurar la construcción de una comunidad incluyente en la que quepamos todas y todos con iguales derechos y con semejantes obligaciones ante la comunidad a la que pertenecen.

Con las reacciones que hemos visto ante las iniciativas presidenciales nos damos cuenta que todavía tenemos mucho camino por recorrer, pero que este recorrido sea con esfuerzo y paciencia, pero no con sangre ni con lágrimas como lo fue en el siglo XIX mexicano.

Rebeca Montemayor

(Pastor bautista)

Cuando se abordan temas como el matrimonio igualitario se hace con miedo, porque hay un miedo a lo desconocido, a la ignorancia, a lo que podemos dejar de ser y qué llegaremos a ser. Las relaciones que tenemos con otros como seres humanos sigue estando plagado de un mosaico jerárquico, opresivo, que tiene que ver con ese miedo al otro y diverso.

Nos da mucho miedo usar el plural cuando hablamos de qué implica la laicidad, hablar de familias, por eso seguimos apostando que solamente es la familia en singular, nos da mucho miedo hablar de las identidades sexuales, por eso decimos que sólo hay una identidad humana, nos da mucho miedo hablar de las naturalezas o la construcción de las naturalezas humanas y no de la naturaleza y la esencia que tiene que ver con un enfoque de la fe con una creación. Nos da miedo hablar de iglesias y no de Iglesia; de dioses y no solamente del Dios en el que yo creo.

Hablar de la identidad, de una identidad, de una fe, de una creencia, de una ideología, tiene que llevarnos a una apertura donde se pueda hablar en plural con los demás, porque esto nos llevará a decir que queremos este otro México posible que es diverso y es plural.

Gabriela Juárez

(Directora del Observatrio Eclesial)

Para el colectivo del Observatorio Eclesial, personas y organizaciones con las que trabajamos en conjunto, fue sorpresiva la reacción desbocada de la Iglesia católica y otras Iglesias ante la iniciativa presidencial del matrimonio igualitario. Una jerarquía que rompe la postura y se lanza contra el matrimonio igualitario, pero en realidad se lanza contra las personas de las mismas Iglesias y abre una campaña abierta de odio y discriminación que es también uno de los grandes problemas.

Nuestros objetivos ante este tema son hacer escuchar otras voces eclesiales y religiosas incluyentes y no discriminatorias. Voces defensoras de los derechos humanos de todos y todas, así como del Estado laico y la separación de la Iglesia y el Estado; denunciar, como iglesias y personas de fe, la homofobia de algunos líderes católicos y evangélicos que con sus discursos de odio, exclusión y discriminación incitan a la violencia y el crimen contra personas de la diversidad sexual; y articular estas acciones con espacios como este foro y personas de diferentes sectores.

Hacemos un llamado a las autoridades federales y estatales, a los organismos autónomos de derechos humanos a sancionar penalmente el comportamiento homofóbico de aquellos líderes católicos y evangélicos que en ello han incurrido y a brindar protección integralidad física también psicológica y social a las personas y colectivos agraviados.

Leopoldo Cervantes

(Pastor presbisteriano)

La laicidad del Estado se debe aplicar en todos los espacios de la vida social, cultural y política. Estamos ante un momento histórico en el que la presión de algunos grupos religiosos pretende doblegar el sistema jurídico que sea ha propuesto ampliar las libertades y derechos de minorías que en otras épocas fueron condenadas por los antecesores de estos mismos grupos dominados por sus dogmas que ahora se pretenden imponer nuevamente para ser factores cruciales al momento de dictar políticas públicas, se trata de algo inaceptable si nos atenemos a los conflictos históricos que establecieron la laicidad, la tolerancia y la libertad para todas las personas.

La propuesta constitucional debe debatirse con plena libertad para todos los interesados, ciudadanos responsables del presente y del futuro inmediato para este país. No es por moda o por el dictado de los grandes organismos internacionales o como parte de una conspiración como afirma Norberto Rivera Carrera, hace tiempo que nuestra sociedad dejó de tener tutores o supervisores morales ya no es nuestra sociedad menor de edad para seguirla tutelando, las propias clientelas eclesiales pueden y deben exigir también dentro de sus propios espacios un debate serio, crítico y responsable a la altura de las circunstancias.