Entrevista con Jorge Castañeda Zavala | Investigador del Instituto Mora

Por  Irma Ortiz

 

Fue una total subordinación al modelo político estadounidense haber invitado tanto a Donald Trump como a la señora Hillary Clinton.

Los anteriores presidentes mexicanos mantuvieron cierto grado de autonomía para las políticas del país, para mantener los intereses nacionales por encima de los intereses de terceros países en este caso, de Estados Unidos.

Lo de miércoles fue grotesco porque Trump no es un candidato electo, no se ha dado aún el proceso electoral; no fue una visita de estado ni mucho menos de la fijación de políticas públicas definidas. No está dentro del marco del uso de la política internacional consecuente en general en los países eso se hace ni a niveles internacionales.

En esta relación asimétrica política y económica se han dado divergencias en el trato de los diversos asuntos entre los dos países. Diversos presidentes mexicanos se entrevistaron con candidatos electos de Estados Unidos antes de que asumieran la presidencia, como el caso de Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, entre otros.

Fueron visitas memorables y aumentaron el número de encuentros e intercambios, pero siempre en el marco de parámetros muy establecidos y legales para tomar decisiones. Si lo vemos en sentido inverso, México está interviniendo en el proceso electoral estadounidense porque es común por los medios y la política internacional que nada más resalten dos candidatos, los de los partidos republicano y demócrata, pero hay más solo que los medios no los resaltan.

Antes de tomar posesión el candidato electo y ya como presidente se mantenía un grado de respeto de la soberanía y de la autonomía nacional y la visita de Trump y sus declaraciones en diferentes medios, representan una falta de respeto a la investidura presidencial de Peña Nieto y al pueblo mexicano.