Entrevista con Enrique Cárdenas/Director del CEEY

Por Nora Rodríguez Aceves

A dos años de que concluya el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, el país se encuentra en una situación de enorme debilidad fiscal que amenaza la estabilidad macroeconómica. Se ve un panorama complicado, pero si se hacen bien las cosas, si se mandan bien los mensajes tanto por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade como por el Banco de México, como lo están haciendo, y son efectivos, si el secretario Meade logra contener el gasto y hacer los ajustes será más transitable el proceso hacia los  años que siguen.

Si no lo hacen “se complicará mucho más la situación del sexenio, a veces parece, da la idea que ya terminó esta administración, que ya el gobierno dijo, hasta aquí, lo que sigue se lo dejamos al que viene. No debería ser así, falta mucho tiempo y todavía se pueden y se deben hacer muchísimas cosas, aunque sea en preparación para los siguientes años”, señala Enrique Cárdenas Sánchez, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

Por ejemplo, construir bien el padrón único de beneficiarios de programas sociales, es una tarea que no solo el gobierno federal sino también los gobiernos estatales se han reusado hacer quizá porque ahí es donde hay muchas canonjías y mucho clientelismo. No tener claro a quién se le está dando recursos da manga ancha para hacer lo que se quiera, por eso es indispensable, ese tipo de cosas que no se verán, que no necesariamente tendrán una repercusión en la economía de inmediato sino a mediano plazo.

Echar andar ya  la construcción de un sistema nacional de pensiones, que desde hace tres años se pensaba hacer y que Luis Videgaray decidió no hacerlo. Hacer estas cosas que toma tiempo, independientemente de quién quedé como Presidente de la República, es algo que deberían ver los políticos y pensar más en el país, más a mediano plazo y no solo en lo que pasará en las próximas elecciones porque gane quién gane, eso se necesitará hacer.

 

Enrique Cárdenas

Enrique Cárdenas, director del CEEY

Cómo estamos financieramente

La situación financiera externa difícil, las elecciones en Estados Unidos mete ruido, el Brexit causa incertidumbre, internamente los ingresos no están alcanzando para pagar los gastos y nos hemos endeudado para pagar intereses, esto se da en un contexto  de una pérdida de ingresos por un lado del petróleo, pero que ha sido contrarrestado, lo cual está muy bien.

Por otro lado, hay gastos ineludibles que están creciendo mucho,  sobre todo en lo que son las pensiones y el servicio de la deuda misma, por la depreciación del tipo de cambio. Las pensiones aumentan a un ritmo de ochenta, noventa mil millones al año en términos reales que significa medio punto porcentual del Producto Interno Bruto.

Hay gastos adicionales ineludibles con ingresos menores que nos llevan  a un déficit, pero el déficit es tal que ya no se puede sostener y por eso viene el anuncio de este Presupuesto de Egresos de la Federación del 2017 que plantea un ajuste que pretende eliminar ese déficit primario y que tenía que venir acompañado de un aumento en las tasas de interés tal como ocurrió ya hace unos días.

Explica que  desde hace ya siete años se enfrenta déficit crónicos que han hecho crecer la deuda pública y que se necesita corregir, los déficit crónicos son déficit que la Secretaría de Hacienda denomina primarios, aquel que los ingresos no alcanzan para pagar los gastos, incluso quitando el gasto en el servicio de la deuda.

Lo que implica es que los ingresos no alcanzan ni siquiera para pagar un centavo de intereses, más bien hay que pedir prestado para pagar intereses de la deuda y esa es una situación insostenible por mucho tiempo cuando se repite y se repite por varios años, pues tiene su límite.

Está  el tema de la perdida de ingresos del petróleo que ha sido tremendo en los últimos tres años, pero que el gobierno con la Reforma Fiscal que hubo y por la buena administración y gestión tributaria del Servicio de Administración Tributaria también en los últimos años logró palear o contrarrestar la caída en el precio y producción del petróleo, pero ese ha sido un efecto de transformación interna en las finanzas públicas muy importantes.

De tener una rentita que le estaba dando recursos de pronto ya no la tiene y tiene que arañar dinero de otros lugares y esa búsqueda de dinero de otros lugares ha generado también cierto malestar porque el Impuesto Sobre la Renta ha aumentado, el impuesto a la gasolina ahora es muy alto, lo mismos que el Impuesto Especial a otro tipo de productos desde lo que se llama la chatarra y mucho más.

 

Salir de la tormenta

El panorama financiero y económico se ve difícil, pero saldremos, hemos salido anteriormente de situaciones mucho peores que la actual. Como dice el gobernador del Banco de México podemos prevenir o salir de la tormenta, “haciendo las cosas como deben ser, ejerciendo la reducción del gasto, haciendo que la carga de la reducción se distribuya equitativamente en los tres ordenes de gobierno, con los órganos autónomos y con los otros dos poderes de la Unión para que todos carguen un poquito del peso y no solo el Poder Ejecutivo.

Esto ya sucedió antes, en los años noventa con el presidente Ernesto Zedillo, después de la crisis del ‘94  se tuvo que hacer un recorte, incluso mayor al que se está proponiendo hoy y mayor racionalización del gasto, salimos adelante y en un año se pudo resolver el problema. Aunque claro no es la misma situación que entonces, pero en  términos de esfuerzo de las finanzas públicas, con esfuerzo me refiero de ser capaces de ajustarse el cinturón, ya ha sido posible en el pasado y no tiene porque no serlo ahora.

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