Por Patricia Gutiérrez Otero

(Primera de dos partes)

En el comunicado “Que retiemble en sus centros la Tierra”, que surgió del V Congreso Nacional Indígena (9 al 14 de octubre), con la participación de más de 30 pueblos originarios y representantes del EZLN, anunciaron su participación en los comicios presidenciales del 2018 con una candidata indígena (www.congresonacionalindigena.org).

Raymundo Lucero Vázquez es un Cooperante en los temas Agua, bosques y vida buena para familias, comunidades y organizaciones campesinas. Ha caminado entre pueblos de diversas regiones de México. Tiene una diversa formación y trabajó para la FAO entre 1998 y 2003.

—Raymundo, ¿cómo ves la declaración del EZLN y el Consejo de Pueblos Indígenas sobre la participación en las elecciones presidenciales del 2018 con una candidata mujer?

—Es evidente que el objetivo de la estrategia es poner bajo el foco las pretensiones de ocupación territorial de la nación por parte de multinacionales que tienen a su servicio a los jefes del Estado mexicano, incluidos los partidos políticos. Además, el hecho de que sea una candidata mujer pone de relieve el terrible impacto de la dominación machista en el pensamiento y vida en la sociedad. Dos temas de lo más relevantes en la agenda pública y que nadie está considerando seriamente.

indigenas siempreNo es la toma del poder por la vía electoral, sino la denuncia mediante una movilización social popular que también tiene el objetivo de verificar la capacidad de convocatoria de una idea y un símbolo entre la sociedad milenialista.

Saben que no ganarán…

—Claro que no ganarán, ni pretenden hacerlo ni les importa un bledo el triunfo, sino la ocasión de llevar a la palestra pública los temas relevantes, serios y urgentes; al mismo tiempo mostrarán la farsa de los demás partidos, inútiles y plenos de canallas.

Sin embargo, sí dividirán los votos de la izquierda.

—También es un objetivo mostrar que la izquierda no partidaria sería demasiado ingenua al pretender que el voto sirve de algo, sino para robustecer al sistema y a los poderes dominantes que legalizan una praxis fraudulenta, que no tienen capacidad ni hábitos de análisis público de los temas de la sociedad. Mostrarán que el sistema de partidos es obsoleto.

Creo que el EZLN muestra que, como Espartaco, se puede hacer mucho, con casi nada y casi sin desgaste. De acuerdo con la estadística, la población de cerca de 30 años es mayoritaria y es quien definirá el triunfo o la derrota. Y esta población desencantada está alejada de los partidos.

¿Crees que a los milenialistas de Monterrey, por poner un ejemplo, les importa lo que digan los indígenas del país?

—Tomando el caso de Monterrey, al menos un 30 por ciento de la población se dedica a las servidumbres; ha sido un viejo punto de inmigración sobre todo de los pueblos Tenek, Pame, Huasteco, Otomí…

Los pueblos indígenas son minoría en el padrón electoral.

—Por eso no importa el triunfo electoral, sino la denuncia de los temas relevantes; no importa si alguien de cualquier lado conoce a los pueblos y cultura indígenas, bastará que esté al tanto de sus propios problemas de vida: la inseguridad, la baja calidad de salud y alimentación, el maltrato y la violencia, el desempleo y la pérdida de valores productivos, la bajísima o nula calidad democrática…, por decir lo menos. En todos los estados hay un segmento muy lastimado y muy vulnerable. Para mí es evidente que no se proponen un triunfo electoral, sino una campaña de denuncia de los temas que los partidos soslayan.

En el análisis yo dejaría la perspectiva electoral y me centraría en la perspectiva de denuncia mediante el periodo de campaña.

pgutierrez_otero@hotmail.com