Por décadas, México ha defendido la causa palestina como una cuestión solidaria. En 2012, votó en favor del estatus de Palestina como Estado observador no miembro en las Naciones Unidas. En 2015, el entonces secretario de Relaciones Exteriores Antonio Meade, dijo a Nabil Shaath, comisionado general de Relaciones Internacionales de Al Fatah y del Consejo Legislativo de Palestina, que México votaría por su reconocimiento como país independiente, aunque no dio una fecha precisa para ello. Este martes, el gobierno mexicano cesó en su cargo al representante permanente de México ante la UNESCO, Andrés Roemer Slomianski, por ausentarse de la votación en la que se aprobó una resolución que elimina el vínculo de los judíos con el Muro de los Lamentos, ubicado en el Monte del Templo, en la ciudad vieja de Jerusalén.

El gobierno mexicano tomó esta decisión contra el funcionario diplomático basado en que éste no realizó consultas previas con sus autoridades sobre el contexto en que se daría la votación, por informar sobre la intención del voto a representantes de otros gobiernos y por hacer públicos documentos y correspondencia oficiales que estaban clasificados bajo la Ley del Servicio Exterior Mexicano.

La votación finalmente aprobó la resolución por 24 a favor y 6 en contra, pero México decidió que cambiará su voto en favor por el de abstención. Roemer, quien es de ascendencia judía, se ausentó para evitar una votación que afectaría sus creencias religiosas; esta acción fue elogiada por el embajador de Israel, Carmel Shama Acogen.

“Su presencia como amigo es muy apreciada y bienvenida. Espero que podamos continuar trabajando juntos en el futuro. Fue conmovedor ver que abandonaste el salón durante la votación para evitar votar en contra de tus creencias. Además, pienso que su decisión de renunciar a su cargo es prematura y apresurada. Estoy seguro de que serás un gran activo para México y amigo de Israel”, aseguró el embajador, en una carta que Roemer publicó en sus redes sociales.

La Secretaría de Relaciones Exteriores señaló en un comunicado que “el cambio del voto reitera el reconocimiento que el Gobierno de México otorga al vínculo innegable del pueblo judío con el patrimonio cultural ubicado en Jerusalén Oriental. Asimismo, refleja el enorme aprecio que este gobierno tiene por la comunidad judía y en particular por sus significativas contribuciones al bienestar y al desarrollo económico, social y cultural de México”.

Roemer Slomianski hizo público su desacuerdo con el criterio de México, por lo que consistió en una falta a los artículos 41, 42 y 43 de la legislación mencionada, en los que se establece que los miembros del cuerpo diplomático deben abstenerse de realizar declaraciones que comprometan los intereses del país y guardar discreción sobre los asuntos que conozcan.