Entrevista con Nubia de la Roche/Internacionalista y economista colombiana

Por Gerardo Yong

 

Esta semana, el mundo quedó asombrado con la noticia de que Colombia abría una nueva era en su historia. El presidente Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño (alias Timochenko), líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), firmaron un acuerdo de paz que ponía fin a más de 50 años de guerra y violencia en ese país sudamericano.

La analista internacional y economista colombiana Nubia de la Roche comentó a Siempre! —vía correo electrónico— su enfoque sobre el significado y la trascendencia que este singular pacto de paz tiene no sólo para su país, sino para la región latinoamericana. Nubia de la Roche estudió economía en la Universidad del Valle en Cali, Colombia, y tiene una maestría en estudios económicos y latinoamericanos por la Universidad de Chile.

 

El momento es difícil

¿Cómo interpreta este acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno colombiano?

 Como una gran puerta de esperanza, de retos y  de oportunidades que se abre para Colombia.  Estamos dejando atrás 52 años de conflicto con las FARC  y más precisamente 70 años durante los cuales múltiples actores, entre ellos las FARC, incorporaron la violencia a la defensa de sus intereses. Setenta años que nos sirven para entender lo que no se debe repetir:  las ideologías extremistas y excluyentes  que han sustentado la política y la guerra causando la muerte de mas de 200 mil colombianos y la expulsión de sus tierras de 5 millones de desplazados. El reto es enorme porque fue un conflicto de décadas que hoy deja una sociedad con la gran esperanza de paz,  pero también con vicios  de intolerancia,  desconfianza y doctrinarismo  de los cuales todos debemos despojarnos  aceleradamente.

Las cenizas del conflicto y la polarización están vivas.

Impedir que se enciendan será responsabilidad colectiva y quienes parecen haber sido las primeras en comprenderlo han sido las victimas que cada día multiplican las pruebas  de  su capacidad de reconciliación y responsabilidad con Colombia.

¿En qué momento llega este acuerdo para Colombia?

Un momento difícil en el cual las necesidades de modernización y justicia social exigen  la mejor redistribución del ingreso y  aplicación del gasto publico. Algo muy difícil de construir  mientras la corrupción y los gastos  militares impiden mayor racionalidad. Somos una sociedad desigual, con sectores modernos que disfrutan niveles de vida muy altos y con una brecha cada vez mayor de oportunidades para la mayoría, como sucede en muchas de nuestras sociedades. Algo que es insostenible  y requiere soluciones impostergables.

Con el acuerdo ciertamente deberá ocurrir una reforma fiscal suficiente para cumplir con la necesidad de mayores recursos para financiar las tareas de la paz, pero que no produzca desincentivos a la inversión.

A su vez, se liberan recursos hasta ahora destinados al combate a las FARC y al narcotráfico con el cual las FARC no solamente se han comprometido a abandonar cualquier vínculo, sino a colaborar en desmontarlo en sus zonas de influencia.

 Paz Colombia

Santos, el mejor general de paz

¿Cuál ha sido el trasfondo que tuvieron las negociaciones para lograr la paz?

El trasfondo puede verse como coyuntural pero nunca llega sin un proceso atrás. En parte inició con el rechazo amplio de la sociedad civil a las FARC ante  el fracaso  de las negociaciones con el presidente Pastrana.

Durante las presidencia de Uribe se combatió fuertemente la situación, fue hasta que el presidente Santos llegó en el 2010 cuando se dejó abierta la posibilidad de una paz negociada. En el trasfondo más reciente hay dos años de conversaciones secretas entre  las FARC y uno o dos emisarios del presidente, durante las cuales se definieron los cinco puntos a negociar: una política de desarrollo agrario integral; participación política de las FARC; fin del conflicto; solución al problema de las drogas ilícitas y victimas y verdad. Se acordó que las conversaciones serían fuera del país, en Cuba;  la presencia de Noruega y Cuba como países garantes y de Chile y Venezuela como acompañantes; se nombraron los negociadores de ambas partes,  trabajar sin cese en el fuego en el país y bajo la consigna de que “nada está negociado hasta que todo esté negociado”.

¿Cómo considera el compromiso que ha tenido la actual administración de Santos respecto a los anteriores?

El presidente Santos como todos los hombres que a lo largo de la historia se han demostrado capaces de terminar las guerras, ha sido para Colombia el mejor general de la paz. En eso influye la experiencia pero también la forma de ver la sociedad y de mirar al futuro. Y no sé cuánto les importaba a  los presidentes Pastrana y Uribe lo  que llaman el “capital político”, pero algo que ayudó a Santos a empezar y terminar felizmente la tarea fue que seguramente para el era más importante alcanzar el objetivo de la paz por encima del interés personal de conservar o no su capital político. En ese sentido, su compromiso con la paz fue  prioritario, constante y sin desmayo ante las enormes dificultades cuya solución requirió en total casi seis años.

¿Qué prospectiva puede ver tras la firma de este acuerdo? ¿Se puede rechazar todavía en el plebiscito?

Las ultimas encuestas arrojan resultados muy optimistas para el . Legalmente el resultado del plebiscito no es vinculante pero la victoria del no abriría demasiada incertidumbre a las FARC frente a la estabilidad futura de los acuerdos y dificultaría las ya titánicas tareas que gobierno, FARC y la sociedad toda deberán realizar para construir la paz.

Si gana el no, quienes han liderado esa campaña quedarían con una enorme carga histórica sobre sus espaldas, porque habrán impedido la mejor oportunidad de paz que el país ha construido en setenta años de conflicto interno.

Si gana el quedará pendiente la necesidad de unir a los importantes  sectores ahora de oposición a la construcción de la paz porque la actual polarización del país frente a  las FARC sería un gran obstáculo y haría todo más complejo.