El flujo migratorio tiene siempre un punto de espera para saltar hacia el lugar seleccionado. En México es la frontera con Estados Unidos, en Africa del Norte es Libia para cruzar el Mar Mediterráneo y llegar a Italia, en Francia es Calais, donde miles de inmigrantes han levantado hasta un campamento masivo para aguardar por el momento adecuado para cruzar hacia Reino Unido; destino final de su largo devenir migratorio. Se trata de un puerto ubicado al norte de Francia. Se encuentra entre la encrucijada de Bélgica al este y de Gran Bretaña, al norte. Sólo 34 kilómetros separan el territorio británico del francés: es por ello que aquí se concentra una gran cantidad de migrantes africanos que buscan llegar a la tierra de la Reina, por considerarla la más avanzada en calidad de vida y prestaciones sociales. Este lunes, la policía francesa comenzó a desmantelar los refugios en los que se encontraban hacinados más de 8 mil migrantes provenientes de Eritrea, Etiopía, Sudán y Afganistán. Entre ellos, hay más de mil 300 menores sin acompañantes adultos. ¿Les recuerda algo eso en México y Centroamérica?

Patrullas y brigadas de seguridad desalojaron a los ocupantes de la también llamada “Jungla”, los cuales fueron trasladados por autobuses a 451 centros de atención repartidos en el territorio francés. El operativo de evacuación durará toda la semana, apoyado por mil 250 policías. A lado de la brigadas de seguridad se encuentran los equipos de demolición, cuya misión es desmantelar los refugios, carpas y chozas en los que se albergaban los futuros “ciudadanos ingleses”. Para la población de Calais este operativo les cayó como del cielo, pues la simple presencia de los migrantes para ellos significaba un problema que ahuyentaba el turismo en esa ciudad-puerto, además de que lo consideraban como un foco de criminalidad y de situaciones insalubres. Pero no todos están satisfechos con el reparto de los migrantes impuesto por el gobierno, algunos pueblos franceses han expresaron su desacuerdo, pues temen que la misma situación vivida por Calais se repita en sus territorios.

El desalojo no ha sido nada fácil para la policía, pues la noche del domingo se produjeron algunos enfrentamientos cerca del campamento, mismos que fueron disueltos con el uso de granadas lacrimógenas. Cientos de refugiados se niegan a marcharse hasta cumplir su propósito de llegar a Reino Unido, donde muchos de ellos tienen amigos y familiares. La acción tiene lugar a seis meses de que se realicen las elecciones en Francia, las cuales han estado influenciadas por el problema de la migración; el más grande que ha tenido Europa desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

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