Entrevista con María Ángeles Góngora Fuentes/Analista internacional de la UNAM
Por Gerardo Yong

María Angeles Góngora
Tras el primer debate presidencial entre el candidato republicano Donald Trump y su rival demócrata Hillary Clinton, ésta última lució como una figura más estable y acorde con las necesidades políticas de Estados Unidos. Tanto medios estadounidenses como internacionales la ubican como la más idónea para ganar las elecciones del próximo 8 de noviembre, pese a que aún faltan dos debates más que podrían cambiar el curso de la tendencia. Hillary fue elogiada como una candidata serena, profesional, firme y ecuánime, mientras que su rival fue categorizado como un misógino, convenenciero y hasta insensible.
Dos días después del evento, el magnate rubio se quejó de que le había metido el pie. Según él, el moderador no era imparcial y se quejó de que le habían colocado un micrófono defectuoso que le amplificaba su respiración y lo hacía ver como enfermizo.
También denunció que Clinton se aprovechó de cuestiones personales como el caso de la denostación que hizo de la ex Miss Universo Alicia Machado, a quien calificó como “miss piggy” por haber subido de peso y “miss servicio de limpia”, por su origen latino. Ante estas circunstancias, Trump advirtió que de seguir en las próximas dos confrontaciones, se pondrá más duro y expondrá cuestiones alusivas a la vida íntima de la aspirante demócrata, como la infidelidad de su esposo Bill.
Sin embargo, su equipo de trabajo ha dejado entrever que el magnate inmobiliario no participaría en los próximos debates a realizarse durante octubre.
Debate, en un momento clave
María Ángeles Góngora Fuentes, analista internacional de la Universidad Nacional Autónoma de México, comentó a Siempre! los puntos más relevantes que tuvo la primera aparición mediática de estos dos polémicos candidatos.
¿En qué situación se dio el debate?
El debate se desarrolló en un momento clave para la campaña de ambos candidatos ya que la ventaja de Hillary Clinton sobre Donald Trump se había acortado a un par de puntos porcentuales, dependiendo la encuesta que se consulte, y en ocasiones se habían llegado a reflejar empates en el favoritismo.
En las últimas semanas, Trump había logrado mejorar su imagen al proyectarse como presidenciable en la reunión que sostuvo con el mandatario Enrique Peña Nieto. Este hecho había favorecido su campaña al callar las voces que lo calificaban como incapaz de dialogar con un jefe de Estado y le permitió fortalecer su propuesta de muro en la frontera sur estadounidense tanto al frente de sus seguidores como del propio presidente mexicano.
Mientras tanto, la imagen de mujer fuerte de Estado de Hillary se vio vulnerada por las interrogantes sobre su salud y la falta de cercanía con la ciudadanía, una debilidad que arrastra durante toda su campaña. Por ello, Hillary llegó al debate en un momento crítico donde no sólo tenía que convencer a la extrema derecha y a los indecisos de que es la indicada para gobernar Estados Unidos por los próximos cuatro años sino que tenía que cerrar los huecos en su campaña, especialmente en referencia a la falta de cercanía con los ciudadanos.
¿Su opinión sobre las posiciones adoptadas por cada uno de los candidatos?
Hillary deja en claro que enarbola un proyecto de nación, que incluye aristas económicas, fiscales, sociales y de política exterior. Su postura en economía y seguridad —temas principales del debate— fue clara y razonada. En ella se reflejan años de preparación y pensamiento estratégico que juegan como una espada de dos filos, pues la muestran como el candidato más preparado para el puesto pero sin un cambio de sintonía respecto a la forma de guiar el país de los mandatarios anteriores.
En el caso de Trump, su posición frente a los temas manejados en el debate fue coherente con el tono de su campaña: reactiva, en ataque constante y sin profundizar en cifras o dinámicas nacionales. En él se refleja el nuevo brillo que tienen los candidatos que provienen de distintos sectores de la ciudadanía y están lejos de los círculos políticos tradicionales. Sin embargo, en el debate también mostró inexperiencia y desconocimiento a profundidad sobre cómo dirigir un país, especialmente en materia de política exterior.
¿Cuál de los dos candidatos reflejó mayor convicción?
La convicción en sus argumentos y posiciones se reflejó en ambos de manera distinta; mientras Trump se aferraba a que él es el cambio que se necesita para Estados Unidos, Hillary manejaba un discurso enfocado en buscar lo mejor para el país. Sin embargo, la convicción de Hillary en sus argumentos se mostró más fuerte debido a que se basa en la razón y no en una aprehensión personal. Esto se reflejó en la actitud que tomó Hillary durante el debate: tranquila, profesional, dejando que su experiencia hablase.
Los retos para ambos
¿Tu prospectiva tras el debate?
El desenvolvimiento del debate favoreció a Hillary; sin embargo aún falta que cierre la brecha que la aleja del ciudadano común y que se marque con mayor fuerza y distancia de los grupos de Wall Street. Clinton necesita mostrar que entiende las preocupaciones diarias del ciudadano y no sólo la dinámica de Washington.
Por otra parte, a estas alturas de la contienda, resulta difícil imaginar un cambio de estrategia de Trump, por lo cual se prevé continuidad en su actitud reactiva. No obstante, Hillary deberá tener cuidado en no cometer errores pues hasta el más mínimo será aprovechado por Trump para respaldar la idea de que la Casa Blanca requiere un cambio radical.