Por Manuel Nava

Acapulco, Gro.-La inseguridad en Guerrero sigue tomando diferentes expresiones y víctimas. Fue el caso de la doctora Adela Rivas lo que devolvió la exigencia de mayor seguridad por parte del gremio médico.

Una semana después de que fuera encontrado el cuerpo de una mujer en playa Majahua, Zihuatanejo, Xavier Olea Peláez, titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), informó que según el resultado de las pruebas de ADN practicadas, existe un  99.9 por ciento de probabilidad de que el cuerpo sea el de Adela Rivas Obé, doctora desaparecida en Zihuatanejo el 22 de septiembre

Olea precisó que se identificó a Adela Rivas con intervenciones periciales, así como los resultados de los estudios técnico-científicos en materia de odontología, antropología y genética forense y de las muestras obtenidas de los familiares y de la persona fallecida, se obtuvieron los perfiles genéticos

Además reveló que se investigan las últimas llamadas que la doctora hizo y recibió, en la investigación participó la Procuraduría General de la República.

La doctora, aunque trabajaba de segundo piso, como le dicen en el Seguro Social, en Petacalco investigaba la venta de medicamentos controlados, como consecuencia de ello es que la gente que adquiría esos medicamentos pudiese haber tenido alguna rencilla con ella al estar investigando.

Rivas Obé era directora de cuatro clínicas en la Costa Grande y se encontraba desaparecida desde el 22 de septiembre, cuando salió de una clínica en Zihuatanejo.

Bolívar Darío Rojas Rivas hijo de Adela Rivas, en conferencia de prensa dijo que “Nuestra exigencia al gobierno es que se haga justicia, ya que mi mamá no era una persona que tenía problemas, salvaba vidas, nuestra exigencia hacia las autoridades es que hagan justicia. Con las pruebas que nos da la Fiscalía estamos confiando en que tendrán lo suficiente para dar con los responsables”.

En un comunicado, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) exigió a las autoridades se realice “una investigación exhaustiva para dar con los responsables” del asesinato de la doctora Rivas Obé, quien fuera directora de micro zona en la Costa Grande del IMSS, a cargo de las unidades médicas de Papanoa, Petacalco, La Unión y Petatlán, y su base está en la clínica 15 del IMSS en esta última ciudad.

En su actividad política ha sido integrante de la dirigencia del PRD, y fue regidora en Atoyac por ese partido y era esposa de Wilibaldo Rojas Arellano, ex miembro de la dirección estatal del PRD.

La Costa Grande de Guerrero, es la zona de influencia del cacique ganadero Rogaciano Alba Álvarez, y desde 2005 se convirtió en una región dominada por la narcoviolencia.

En marzo pasado, elementos de la PGR llevaron a cabo un operativo para desmantelar un laboratorio clandestino, presuntamente utilizado para la elaboración de drogas, en una brecha cercana al poblado de Barranca de Patacual, en Petatlán.Según versiones oficiales, el laboratorio se encontraba al aire libre.

En lo que va de este año, han sido asesinados tres médicos y la inseguridad ha provocado que especialistas de la salud y enfermeras de hospitales públicos y privados abandonen Guerrero con rumbo a otras entidades y fuera del país. El año pasado desaparecieron a 4 médicos en la carretera de Tierra Colorada y hasta el momento se desconoce su ubicación.

Otro de los momentos críticos ha sido cuando galenos y enfermeras que atienden a personas que han resultado heridas durante balaceras o enfrentamientos entre grupos delictivos, son objeto de amenazas.

Beatriz Vélez Núñez dirigente de la Sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud (SNTS) afirmó que 25 centros de salud, ubicados en los municipios de Arcelia, Coyuca de Catalán, San Miguel Totolapan, Leonardo Bravo, Heliodoro Castillo, Chilapa y Zitlala están cerrados en Guerrero, ante la amenaza de secuestros y extorsiones hacia el personal médico por parte de la delincuencia organizada.