Premio Nacional de Comunicación José Pagés Llergo
Por José Fonseca
El límite bueno de nuestra libertad
es la libertad de los demás.
Alphonse Karr
La entrega de los Premios Nacionales de Comunicación José Pagés Llergo es, tiene que ser, una celebración al ejercicio pleno de la libertad de expresión.
Y es, tiene que ser, también un ejemplo de que, pese a nuestras diferencias, a nuestros modos de pensar, a veces tan contradictorios, podemos convivir en las páginas de Siempre!, disintiendo, sí, pero no insultándonos o descalificándonos, como ahora es tan habitual.
Eso no debe sorprender a las nuevas generaciones, ni a la X, la Y o a los millenials, porque ese fue siempre el propósito de ese gran periodista que fundó Siempre! Desde el primer número de los 3 mil 306 publicados hasta hoy, don José Pagés Llergo tuvo el objetivo que las páginas de la revista fueran un oasis de libertad en un México que apenas intuía la democracia que hoy tenemos.
Para quien esto escribe, lector de la revista desde la adolescencia, es un privilegio que nunca agradeceré lo suficiente a nuestra directora Beatriz Pagés Llergo Rebollar tener la oportunidad de que mis líneas mal pergeñadas sean publicadas al lado de tantos periodistas talentosos, respetados y respetables.
Mayor el privilegio porque Siempre! es y ha sido siempre un monumento a la pluralidad, esa pluralidad que tantos presumen y persiguen, pero que en estas páginas es una realidad desde hace más de seis décadas.
Quienes reciben los Premios Nacionales de Comunicación José Pagés Llergo pueden hacerlo con la satisfacción de que los jurados han sido siempre integrados por periodistas y personajes que deciden en la más absoluta libertad personal y colectiva.
Insisto en que la pluralidad de Siempre! es el mejor ejemplo de que es posible la coexistencia de ideas distintas y contradictorias, porque, si en alguna ocasión se disiente, lo que se confrontan aquí son las ideas, no las personas.
Si nuestras elites políticas, económicas y sociales tuvieran como referencia el paradigma de pluralidad de Siempre!, quizá las cosas irían mejor en nuestro querido México, al menos se diluirían los resentimientos y odios que tantos difunden para dividir a los mexicanos.