Soledad Loaeza / Académica de El Colegio de México

El PRI es un actor político sobrevaluado

 

—¿Cuál es la característica que define al PRI?

—La búsqueda de la unanimidad. A los presidentes mexicanos les aterra la disidencia, por eso el PRI confeccionaba la unanimidad, la cultura nacionalista con responsabilidad social. Por eso fracasó Fox. Por eso ganó de nuevo el PRI en 2012. Queríamos unanimidad de nuevo. Quizá más que buscar una­nimidad, porque eso es consustancial de cualquier sistema político, procura evitar el conflicto. La segunda característica es la intolerancia frente a la oposición. En los estados están acostumbrados a eso. El PRI siempre le ha tenido miedo al conflicto. Ese miedo es parte de nuestra cultura política.

—¿Cómo definirías al priismo?

—Priismo es populismo, clientelismo, patrimonialismo. Es igual. Sin embargo, el PRI es un producto de identificación nacional de México. Cuando Margaret Thatcher hizo propietarios a los obreros británicos, la prensa dijo que estaba haciendo priismo.

—¿Tenemos una especie de gen priista?

—Sí, todo mundo lo tiene y tiene que ver con una forma de hacer política. Si bien el PRI no creó este tipo de conductas, como la corrupción, sí las adaptó. Por ejemplo, todos aceptamos la corrupción. Sabemos de antemano que robamos. Decimos sin desparpajo algo como “lo mató Salinas” o el famoso “No me des, pónme donde hay”. No nos molesta la corrupción, sino que no nos toque.

—Nos parece que los priistas, incluso, se ven diferentes.

—Por supuesto. Se visten de traje. No hay día de descanso en el que no lleven chamarra. Son formales, son los mejo- res en la comunicación no verbal, son buenos oradores. Aprecian los rituales y la cortesía.

soledad

 

Juan Villoro / Escritor

El priismo ha durado tanto que ser priista en México es como ser peronista en Argentina

 

—A eso hemos llegado: el PRI se parece a los mexicanos.

—Pero el PRI ha ayudado a configurar a este tipo de mexicano, que confía verticalmente en que la solución siempre está arriba, que hay que tener mucho cuidado con los que están abajo porque quieren llegar arriba y que es muy bueno dar un rodeo para hacer las cosas, y mejor aún si es en lo oscurito…

—¿Los priistas se ven de cierta manera? Si te pusiera aquí en esta mesa a buscar a un priista como se busca a Wally, ¿lo encontrarías?

—Es que el priismo ha durado tanto que ser priista en México es como ser peronista en Argentina. Hay muchos modos de ser priista, y el priismo ha tenido proyectos rotativos y contradictorios a lo largo de su vida: ha sido populista, ha sido estatista, ha propuesto la libre empresa, ha sido pro capitalista, luego ha tenido estas confusiones contradictorias como el liberalismo social de Salinas.

—¿Tú tienes un priista dentro?

—Desgraciadamente sí, porque todos nosotros hemos aprendido que el camino al éxito pasa por esto y hemos visto estas prácticas en nuestra escuela, en los boy scouts, en un equipo de futbol. Cualquier organización mexicana, en mayor o menor medida, sigue estos patrones, así que todos nosotros hemos necesitado de estos códigos para sobrevivir. Ahora, yo espero ser un priista muy fracasado, y como me dedico a una tarea que se practica en soledad y como nunca he estado en un grupo propiamente dicho, el aislamiento ayuda.

—¿Dirías que miente quien dice que no tiene un priista dentro?

—Creo que no se ha dado cuenta de que lo tiene. Uno de los principios básicos del psicoanálisis es que no superas los errores negándolos sino reconociéndolos.

—Menciona tres momentos que pinten al PRI

—Si algo ilustra al PRI es el discurso de Echeverría de “Cerremos las puertas a los emisarios del pasado”. El PRI es un dinosaurio que cambia de piel, que nunca se renueva, pero su discurso es precisamente cerrar las puertas a los emisarios del pasado. Cambiar de pellejo, no de especie. Otro momento es cuando López Portillo llora en su informe de gobierno por no haber podido amparar a los pobres, en esa mezcla del cinismo y la emoción. Es el responsable del delito llorando porque lo cometió. Es la metáfora perfecta del PRI. Pero el PRI que me impresiona y me asusta más es el que se acerca con éxito a aquello que debería repudiar. Como dictaba el famoso aforismo de Reyes Heroles: “Si resiste, apoya”. Por ejemplo, la incorporación de la disidencia.

villoro

 

>Fragmento del libro “El priista que todos llevamos dentro”, de María Scherer Ibarra/Nacho Lozano (Grijalbo, 2016). Agradecemos a la editorial por las facilidades otorgadas para su publicación.

El priista