Si la corrupción está en el ADN de los mexicanos, estamos perdidos como nación. Hay un mal diagnóstico de este gran problema que hunde al país. Como dice el Director General de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez, la “explicación cultural” de la corrupción se ha venido abajo.

“Otras naciones que fueron colonias, que han tenido dictaduras como en el caso de Brasil y Chile, están mucho mejor que México. Lo que ilustra es que hemos sido incapaces de enfrentar este fenómeno. Hemos sido incapaces como sociedad y gobierno asumir este asunto como prioridad nacional”.

Basta recordar esa peculiar frase del general Álvaro Obregón, que nos persigue como una sombra: “nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos”. Los casos de los llamados “diezmos” o “moches” que imponen legisladores a alcaldes para otorgar recursos públicos. Y los negocios particulares de gobernadores gracias al desvío de recursos públicos o la aprobación de deudas eternas en complicidad con los congresos estatales.

Los casos paradigmáticos de los Duarte, Borge, Medina y Padrés revelan el cinismo y la maldad de la clase política mexicana, como dice el director de cine francés Jacques Audiard: “vivimos momentos en los que los pobres se comen a los pobres, viven en la pobreza obligados a la inmoralidad, mientras los ricos siguen ahí arriba. Hay un cinismo odioso”.

Ley a medias

El pasado 27 de abril de 2016 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley de Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y Municipios (LDF). Esta Ley establece las bases para que los estados y municipios puedan incurrir en endeudamiento, los límites y modalidades bajo los cuales se podrán afectar sus respectivas participaciones y acceder a garantías por parte del Gobierno Federal. De igual forma, se obliga a los gobiernos subnacionales a inscribir y publicar la totalidad de sus préstamos y obligaciones financieras en un Registro Público Único, además de establecer un sistema de monitoreo y alertas.

Según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en el último años, la deuda de las entidades federativas y sus organismos creció 20 mil 413 millones de pesos o 19%. A pesar de que en este periodo los saldos de 18 entidades federativas se redujeron en términos reales, estas caídas no fueron suficientes para compensar el incremento observado en los saldos de las 13 entidades federativas restantes.

Las entidades federativas y sus organismos que tuvieron las mayores variaciones al alza y a la baja en los saldos de sus obligaciones financieras en el último año son:

Mayores incrementos:

Durango: 31.4%

Colima: 20.7%

Sonora: 9.4%

Menores reducciones:

Guanajuato: -13.5%

Morelos: -10.8%

Querétaro: -8.1%

Al segundo trimestre de 2016, las cuatro entidades federativas con el mayor saldo de deuda fueron la Ciudad de México, Nuevo León, Veracruz y Chihuahua con 68.6, 57.5, 41.8 y 41.7 mil mdp, respectivamente, reportó el IMCO.

Sin embargo, la forma adecuada de dimensionar realmente la magnitud de la deuda pública de las entidades federativas es contrastándola con el Producto Interno Bruto (PIB) o el tamaño de la economía del gobierno local.

Al 30 de junio de 2016 la deuda pública subnacional como porcentaje del PIB asciende a 2.9%. Bajo esta métrica el gobierno del estado de Chihuahua ocupa el primer lugar con un nivel de deuda equivalente al 8.18% de su PIB; en segundo lugar el gobierno de Quintana Roo con 7.00% y, en tercer lugar, Coahuila con el 6.06%.

Otra manera para dimensionar la deuda pública de los estados se puede contrastar con la población de cada entidad. Es decir, cuánto pagaría cada habitante. Por ejemplo, un habitante del estado de Sonora tendría que pagar 6 mil 427.4 pesos, en Veracruz 5 mil 162.7 per cápita; Chihuahua 11 mil 125.5. Los tres estados en donde sus habitantes pagarían más son: Coahuila con 12 mil 382.3 pesos, seguido por Quintana Roo con 12 mil 069. 3 y Nuevo León con 11 mil 154 per cápita.

Para junio de 2016 una tercera parte de los 2 mil 458 municipios del país tienen contratada deuda pública por un monto total acumulado de 47 mil 243.7 millones de pesos. Los tres municipios con el mayor saldo de deuda son Tijuana, Baja California; Guadalajara, Jalisco y Monterrey, Nuevo León.

Salarios de hambre para muchos

Hugo Beteta, director de la sede subregional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), indicó que el país es la única nación de América Latina donde el salario mínimo fijado por el gobierno es menor a la línea de la pobreza, lo que implica que en el país existan personas que son pobres incluso trabajando de tiempo completo.

El salario mínimo vigente en México es de 73.04 pesos por día, es decir, un ingreso mensual de 2 mil 191.2 pesos. En contraste, el ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, percibía un sueldo mensual de 188 mil 100 pesos. Asimismo, el ex gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo, tenía un sueldo de 146 mil, 237 pesos mensuales; seguido por Rubén Moreira Valdez, gobernador de Coahuila que gana 131 mil, 350 pesos.

Por su parte, José Antonio Meade, Secretario de Hacienda, expresó que la economía no está en crisis y que se encuentra en crecimiento, al igual que la generación de empleos.

Indicó que los señalamientos sobre el riesgo de una crisis son exagerados, dado que el país presenta entre otros la tasa de inflación más baja en su historia. Aunque admitió que las finanzas públicas del país están presionadas por una deuda total de 340 mil 800 millones de pesos, que equivale al 35% del presupuesto para todas las dependencias.

Ante las diversas acusaciones contra gobernadores y ex mandatarios de Chihuahua, Veracruz, Quintana Roo, Sonora, Nuevo León, por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, delincuencia organizad, entre otras, el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, fue suspendido de sus derechos como militante priista.

Ante la lluvia de críticas, Duarte ha rechazado contar con 25 inmuebles ilícitamente adquiridos a través de prestanombres con un valor superior a los 3 mil millones de pesos e indicó que la única propiedad que ha comprado con dinero pagado de su salario es una acción en un club deportivo, “quien diga lo contrario miente”.