Por Nora Rodríguez Aceves
Como civilización nos enfrentamos a un desafío, en el que los flujos migratorios en la búsqueda de mejores condiciones de vida se están dando de manera frecuente y a una escala global. Es el momento de repensar cómo restablecer esquemas de cooperación en el ámbito internacional y, sobre todo, de una actuación planeada e inmediata, dejando de lado otro tipo de intereses que no ayudan, sobre todo, a las poblaciones, asegura Araceli Almaraz, profesora e investigadora de El Colegio de la Frontera Norte (Colef).
En los últimos meses son frecuentes las imágenes donde migrantes cruzan el mar Mediterráneo para llegar a Europa provenientes de diferentes partes de África. Sin embargo, la migración varada en ciudades fronterizas de Baja California es una migración en tránsito, que no busca quedarse. Lo que provoca un problema derivado de un acuerdo suscrito con Estados Unidos para otorgar un Estatus Temporal de Protección (TPS por sus siglas en inglés) a personas de diversos países, entre ellos Haití.
Ellos no están de manera ilegal, este salvoconducto les permite pasar por México para llegar a la frontera de Estados Unidos e ingresar. Lo que sucede es que Estados Unidos solo deja pasar 50 personas por día para verificar papeleo. Esto ha convertido la zona fronteriza en un cuello de botella, no pueden pasar de manera rápida, tienen que esperar, y ya son más de ocho mil personas en la ciudad, al menos en Tijuana, y otros tantos en Mexicali, aunados a los que están varados en la frontera sur, más los que seguirán llegando en las próximas semanas. Si Norteamérica no cambia su política establecida, el problema seguirá por cerca de un año o poco más.
“El tránsito son meses de viaje hasta llegar a la frontera sur y luego atravesar por todo México, y nuestras dos ciudades están teniendo problemas por aglutinamiento de estas poblaciones, lo que empieza a causar situaciones más complejas, desde la falta de servicios en los centros de atención a migrantes para aquellos que no tienen posibilidad de estar en un hotel, como servicios de conexión, o servicios médicos. Es una población conformada por familias, en muchos casos con niños pequeños, desde un mes de nacidos hasta seis años, y también por mujeres embarazadas. Es una población completamente diferente a la que estábamos acostumbrados a ver en los centros de atención a migrantes, y en ese sentido estamos ante una situación de escalas mayores”.
Reacción tardía
En la reacción de las autoridades ante el flujo de migrantes “hay un retraso, muchas veces las necesidades sociales suelen considerarse controlables, pero no lo son. Hay un retraso en la reacción y en la planeación estratégica de lo que sigue. No basta con tener en cuenta el problema y actuar de inmediato, sino actuar estratégicamente considerando todos los elementos que nos llevan a planear no solo qué tipo de actividades se realizan sino a quién se involucra, qué organismos deben estar presentes, como el caso de la Cruz Roja, Naciones Unidas y otros organismos que estén al tanto de las migraciones internacionales”.
La oposición
El rechazo por parte de algunos grupos a que los migrantes permanezcan en nuestro país “se debe al desconocimiento, a la ignorancia; en la medida en que esté más claro cuál es el objetivo de esta población de migración en tránsito por México, se despejarán dudas, y en la medida en que se hable de un plan estratégico para solventar todas aquellas necesidades de la población migrante, las actitudes de rechazo disminuirán. No es que se les regale nada, hay una situación que atender y por eso es muy importante el discurso que tengan las autoridades y los medios, pero también que los especialistas, los científicos podamos dar esa información precisa para tener una reacción como comunidad”.
En la medida en que se atienda el problema se reduciría al máximo una situación no solo de crisis humanitaria en términos de atención de todos los servicios sino una crisis en términos de seguridad para la población; si nosotros como comunidad, en conjunto con autoridades y una adecuada planeación se tratan de solventar las carencias y los migrantes son atendidos de manera integral y sensible, evitaríamos tener complicaciones de otra índole que nos podrían llevar incluso a actos de violencia.
El futuro
Estados Unidos recientemente realizó una visita diplomática a nuestro país, no se explicó ni se dijo de manera puntual qué iniciativa tomarían para atender esta problemática, pero sin duda que es un tema que está sobre la mesa de las discusiones bilaterales y tendrá que haber una respuesta independientemente de que las elecciones estén próximas a llevarse a cabo en ese país.
Espero que en los próximos días se pueda tener una respuesta, pero más allá de las relaciones diplomáticas, los organismos internacionales, la ONU o Cruz Roja Internacional tendrán que definir una política de apoyo para México.
Nuestro país es observado por la comunidad internacional, no es un asunto menor que estas comunidades estén en tránsito con tantas carencias, y México con la imposibilidad de otorgar alguna asistencia mucho más puntual que no vaya a derivar en acciones de violencia o de algún tipo de epidemia o de enfermedades o decesos.
¿Un año de permanencia?
Ante la posibilidad de que esta población de haitianos y africanos permanezca por un año en el país, la investigadora del Colef señala que “es una posibilidad que se ha manejado, sobre todo porque ya no traen los recursos que implicaría una estancia de más allá de los veinte días que dura un permiso de tránsito”.
“En caso de poder ampliarlo a un segundo periodo —que sería de cuarenta días—, tendría que ampliarse a varios meses, quizás un año, lo que sí cambiaría completamente el estatus de residencia en México; e incluso esta situación donde no se les permite trabajar debería flexibilizarse para permitir que algunas empresas pudieran ocasionalmente hacer contratos temporales”.
Esto sí cambiaría de manera radical las perspectivas de estancia para estas personas en tránsito, y, al menos por ahora, no lo contemplan como una opción, su idea es permanecer mientras pueden cruzar, no quedarse en México, pero esta permanencia ampliada cambiaría el panorama por completo; eso no lo podemos asegurar porque implicaría otra serie de negociaciones en otro nivel.
Estatus de Protección Temporal
¿Qué es?
El secretario del Departamento de Seguridad Nacional puede designar un país extranjero al Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) debido a las condiciones que impiden a sus ciudadanos a regresar a su país temporalmente de manera segura.
Se puede otorgar TPS a los nacionales elegibles de ciertos países o partes de los mismos que ya están en Estados Unidos.
Las personas elegibles que no tienen nacionalidad y cuya última residencia fue el país designado, también podrían obtener TPS.
¿Por qué se asigna?
Conflictos armados en curso.
Desastre naturales, como un terremoto, un huracán o una epidemia.
Condiciones extraordinarias y de carácter temporal.
Países designados
El Salvador, Guinea, Haití, Honduras, Liberia,
Nepal, Nicaragua, Sierra Leona,
Siria, Somalia, Sudán, Sudán del Sur,
Yemen
Fuente: U. S. Citizenship and Inmigration Services
También te puede interesar:
Migración obliga a revisar modelo económico