Entrevista con Rogelio Villarreal/Escritor y periodista

Por Jacquelin Ramos

 

Autor de una veintena de libros donde la honestidad, la verdad y el humor se desbordan a plenitud al conjugar en casi todas sus memorias la alegoría o franca autobiografía de sus propias experiencias, Luis González de Alba, el activista gay, ex líder del 68, y divulgador de la ciencia, es el intelectual que con su simple existencia amplió este mundo.

Fue un hombre de ideas, pasiones, opiniones vehementes, tajantes, pero siempre fundadas en datos firmes y argumentos difíciles de refutar, pero al mismo tiempo con un lenguaje sencillo, sin debilitar el sarcasmo y la lucidez que lo caracterizaron, explicó en entrevista para Siempre!, el escritor y periodista Rogelio Villarreal.

Villarreal, también director editorial de la revista Replicante, argumentó que la literatura de Luis González de Alba se determina principalmente por no encajar del todo en la llamada tradición mexicana, como lo llegó a comentar el poeta Aurelio Asiain, quien la considera como una literatura “rara”, por no entrar en la literatura por una puerta lateral, lo que impidió que los profesionales lo tomaran debidamente en cuenta y supieran situarlo. 

Literato “raro”

La voz crítica de Luis González de Alba  se convirtió en una de las voces necesarias para el país. ¿Qué lo caracterizó?

Es una voz que definitivamente nos hará falta, esa voz coherente y cabal, siempre con sus principios por delante, fiel a sus ideas de democracia y verdad, en defensa de las causas sociales como pocas personas lo hacían en los años 60 y 70. Fue una figura muy importante para la izquierda mexicana que en ese entonces era un poco ortodoxa, cerrada, por así decirlo. Luis abrió brecha para las diferentes organizaciones, entre ellas la de los derechos a los homosexuales, junto a Carlos Monsiváis y Nancy Cárdenas, así como su participación en el movimiento estudiantil del 68. Vamos a extrañar su voz en su larga trayectoria como articulista, novelista, como divulgador de la ciencia, incluso también como músico y poeta, esta faceta la podemos ver con un magnifico poemario: El sueño y la vigilia.

¿Qué determinaba la literatura de Luis González de Alba?

Decía Aurelio Asiain, el poeta mexicano, que la literatura de Luis González de Alba no encajaba del todo en la llamada tradición mexicana, era simplemente una literatura “rara”, así como también era difícil descifrar y describir a este mexicano de las letras, porque no se parece a algún otro autor que haya entrado en la literatura por una puerta lateral, y ello impidió que los profesionales lo tomaran debidamente en cuenta y supieran situarlo. Efectivamente, con estas mezclas de testimonios, ficciones y realidad, y, a la vez, honestos, procaces y personales que eran sus libros, sí era una literatura especial, fuerte y muy poderosa, digamos sin tapujos, sin pena, sin falta de modestia, libros, sí, raros en la literatura mexicana.

Era un hombre de muchos intereses, entre los más destacados está su militancia a favor de las personas homosexuales ¿qué otros intereses apasionaban al escritor?

Tuvo muchos otros, sin embargo quiero resaltar su gran divulgación científica, así como sus altos intereses en las matemáticas y la física cuántica; su fascinación por los avances de la ciencia y la tecnología, así como la investigación y divulgación de nuevas curas para enfermedades difíciles como el cáncer y VIH sida, eso era muy habitual en él.

Cada semana en su columna La ciencia en la calle que se publicó en el diario La Jornada, siempre trataba temas como éstos, trataba de divulgarlos con su estilo periodístico para acercar más al lector en los avances de este tipo. Su obra también estuvo marcada por este arte de comunicar la ciencia con entusiasmo y claridad, su libro La ciencia, la calle y otras mentiras, que tanto disfruté, da cuenta de ello, un libro seductor con esa mezcla de ciencia, historia y cultura.

Rogelio Villareal

Rogelio Villareal, escritor

 

Cercano al judaísmo

Morir precisamente el 2 de octubre, ¿fue un manera quizá de cerrar un ciclo, una deuda con la historia, a 48 años de aquel movimiento estudiantil del 68?

Es una fecha muy simbólica, él fue una figura importante en el movimiento estudiantil del 68, y haber escogido esta fecha para terminar lamentablemente con su vida es un hecho simbólico y significativo. Nos dio algunos indicios de lo que pensaba hacer, sin embargo no les dimos importancia, como recordar la celebración del nuevo año judío, con la primera estrella del domingo; Luis estaba muy cercano al pensamiento judío, al avance de los científicos de Israel, país con un gran avance en ese rubro, y por eso fue para él una fecha tan simbólica para terminar un ciclo, un ciclo vital. Pienso que no quiso esperarse a que su cuerpo se agotara, que se terminara aún más, pues Luis ya tenía algunos padecimientos, por lo que prefirió acabar así con su vida.

¿De qué manera lo seguiremos valorando y recordando?

Me parece importante leer Los días y los años, este gran libro, con una gran crónica del movimiento estudiantil del 68, que a pesar de ser la más conocida de Luis, es poco atendida y poco leída. En la actualidad hay muchos manifestantes que no saben exactamente qué pasó el 2 de octubre, por ejemplo, la intriga entre Luis Echeverría y Díaz Ordaz, junto con la creación del Batallón Olimpia, y todas esas cosas que no estaban tan aisladas, pero que en su momento no se pudieron precisar. Así que es importante leer a Luis, recordarlo, discutirlo en los mejores términos. Leer toda su colección de la veintena de libros que siempre nos dejarán algo. El año que entra se van a publicar dos libros póstumos: su revisión cabal del 68 y una colección de artículos de divulgación científica, así que todavía habrá un poco más de luz sobre mi estimado Luis González de Alba.