Durante la Segunda Guerra Mundial, la batalla por Stalingrado en 1941 significó el punto de inflexión del conflicto, donde todo comenzó a cambiar en favor de Rusia y los Aliados contra la potente maquinaria bélica nazi. Mosul se encuentra ahora en esa misma situación respecto a la lucha internacional contra el Estado Islámico. Este martes el ejército iraquí lanzó la ofensiva más importante de los últimos dos años para recuperar esa ciudad, en poder de las guerrillas yihadistas; una estrategia que podría significar el golpe final contra los propósitos del Daesh de crear un califato que desafíe no sólo a Europa, sino al mundo entero.

Las fuerzas

Mosul es la segunda ciudad más importante de Irak y el principal bastión de las fuerzas islamistas de donde se proveen de petróleo y otros insumos que les permiten comerciar para adquirir pertrechos y armamentos; es por ello que su captura resulta crucial para ambos bandos. El Estado Islámico cuenta con entre 3 mil y 8 mil efectivos, mientras que las fuerzas iraquíes tienen más de 30 mil. Para Bagdad y su aliado principal Estados Unidos, la toma de Mosul será cuestión de semanas. De hecho, el ejército iraquí ya se encuentra a sólo 65 kilómetros de la posición, específicamente en la base aérea de Al Qayara, desde donde se coordinan los ataques contra las facciones rebeldes. Cerca de ahí, hay también más de cuatro mil combatientes peshmergas kurdos cuya misión es ocupar poblados cercanos para evitar que los yihadistas puedan refugiarse en esas zonas. Entre ambos, se abre una pinza que se irá cerrando para evitar una posible fuga de extremistas hacia territorio sirio.

Una derrota, un cambio estratégico

Por curioso que parezca, Europa está muy preocupada por una victoria sobre el Estado Islámico. La causa es que su derrota podría significar la desmovilización de las facciones y un inminente cambio de estrategia de combate frontal, como lo han estado haciendo desde hace un par de años, para ubicarse en países occidentales donde podrían consumar más atentados como los de Francia, Bélgica y Alemania. “La recuperación del bastión del EI en el norte de Irak, Mosul, puede hacer que los combatientes del grupo EI preparados para combatir vuelvan a Europa”, declaró el comisario europeo de seguridad, Julian King, al diario alemán Die Welt. “Incluso un pequeño número (de yihadistas) representa una amenaza seria ante la que debemos prepararnos aumentando nuestra capacidad de resistencia ante la amenaza terrorista”, estimó el comisario británico.

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