¿Será posible coordinarlas?

Por Carlos Alberto Pérez Cuevas

 

Un gobierno eficaz, transparente, responsable y confiable,

qué actúe bajo el predominio de la ley,

es la base de un desarrollo sostenible,

no el resultado de este.

Kofi Annan

Tuve la oportunidad de ser ponente en el foro “Observación ciudadana y gasto público, austero, transparente y eficaz”, invitado por la fundación alemana Konrad Adenauer Stiftung, el Centro de Estudios Políticos y Sociales (Cepos) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), justo a unas semanas de que inicien las discusiones en el Congreso de la Unión sobre el paquete de ingresos y egresos para el ejercicio fiscal del año 2017.

Participé concretamente en la mesa de dialogo: “Coordinar transparencia y anticorrupción. ¿Es posible?” la respuesta inmediata a tal interrogante es muy contundente: no sólo es posible que se coordinen, es obligado que los sistemas de transparencia instaurados en el país con la reforma legislativa que creó el Sistema Nacional de Transparencia, lo hagan porque es la única manera de que las acciones contra los actos de corrupción sean eficaces.

La rendición de cuentas de las autoridades es obligada, se requiere que el acceso a la información sea publica, que se sepa qué hacen las autoridades con los recursos económicos que les son asignados, cómo cumplen sus tiempos en sus plazas laborales, si cumplen con los estándares de evaluación para desempeñar los empleos, cargos o comisiones, si las compras gubernamentales son apegadas a derecho, si las licitaciones se realizaron conforme a la normatividad, tiempos, plazos, transparencia. Inmersos en una dinámica tan compleja de escándalos de corrupción que siguen surgiendo por todos lados, debemos poner mucho énfasis en la aplicación y funcionamiento de este sistema de transparencia que debe coordinarse en todas las instancias gubernamentales y sus diversos niveles.

Me preguntaban qué tenía que hacer la sociedad civil y, en concreto, los empresarios para lograr que el sistema de transparencia y, una vez implementado, el Sistema Nacional Anticorrupción fueran funcionales y eficaces. La respuesta es: primero continuar haciendo estos foros, encuentros, mesas de debate con expertos que ayuden a entender y generar una cultura de rendición de cuentas, transparencia y combate a la corrupción. Segundo, dar seguimiento puntual al sistema de transparencia que ya funciona pero que aún tiene mucho por desarrollar e involucrarse en la implementación del Sistema Nacional Anticorrupción recién legislado; y deben hacerlo porque es obligado por ética y responsabilidad con México, mucho más ahora que existen las figuras ciudadanas para ello.

Los sistemas de transparencia y anticorrupción en el mundo que han funcionado son los que han sido observados y vigilados por ciudadanos y los que se coordinan de manera permanente para una rendición de cuentas y combate a la corrupción eficaz.

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