“No te resignes, y contrólalo”
Más que un enemigo a vencer, el dolor es considerado por buena parte de los mexicanos como una carga obligatoria que debe soportarse sin queja alguna. Si bien la mitad experimenta este tipo de malestares cada semana, más de una tercera parte (37 por ciento) no busca una solución terapéutica y, en el mejor de los casos, utiliza algún remedio —por ejemplo tés y fomentos— como aliciente, reveló la encuesta: “No te resignes y controla tu dolor”, presentado en el marco del Día Mundial Contra el Dolor, que se conmemoró el 17 de octubre.
“Por extraño que suene, los mexicanos elegimos soportar las molestias, pues creemos que esto nos hace parecer fuertes y valientes. Así, quienes nos rodean nos prestarán mayor atención y aplaudirán este sacrificio… la recompensa emocional se vuelve más poderosa que la necesidad de atacar al dolor”, asegura Paola Maldonado, maestra en bioética y especialista en medicamentos de consumo de Bayer.
De tal manera, en vez de buscar un medicamento antiinflamatorio o analgésico que controle eficazmente el dolor, 37 por ciento de los mexicanos acude a remedios caseros, terapias alternativas o, simplemente, no hacen nada contra las molestias.
Como resultado, durante los seis meses previos al estudio (el cual incluyó 2747 casos), 53 por ciento experimentaron dolor de cabeza leve; 50 por ciento, de espalda; 38 por ciento, dolencias musculares, 36 por ciento en el cuello, 30 por ciento, en las piernas, y 28 por ciento, cólicos menstruales.
“Estos malestares se vuelven compañeros de vida de los mexicanos, pues su recurrencia oscila entre 9.5 y 4.2 veces al mes, dependiendo de la zona en que se localice el problema. Los más recurrentes son los de hombros, piernas, cuello y musculares. De hecho, 50 por ciento de los encuestados admitieron sufrir alguna dolencia por lo menos una vez a la semana”, comentó la especialista.
Esto se debe, en alguna medida, a que los mexicanos asumimos, sin cuestionarnos, falsas creencias sobre medicamentos y remedios para controlar el dolor. Consideramos que los remedios naturales son más seguros que los medicamentos; que los analgésicos generan adicción; que las medicinas son artificiales, por lo que pueden dañar el organismo en el largo plazo, y que tomar algún medicamento nos convierte en personas enfermas. Nada más alejado de la realidad, señaló la doctora Maldonado.
Así, de acuerdo con la encuesta, los argumentos más frecuentes para no utilizar un tratamiento farmacológico son: “el dolor no era tan fuerte como para tomar un medicamento”, “no me gustan las medicinas”, “prefiero esperar a que la molestia desaparezca por sí sola”. “Que las personas no controlen el dolor tiene como consecuencia que sufran innecesariamente e incluso se puede agudizar el dolor, generando otros problemas físicos y psicológicos como problemas de movilidad y estrés”, advirtió la experta.
“Sin embargo, esto no tiene por qué ser así. Actualmente contamos con un amplio arsenal terapéutico que nos permite controlar diversos tipos de dolores y de diferentes intensidades. Ejemplo de ello son los medicamentos de venta sin receta (OTC, por sus siglas en inglés), que ayudan a reducir la fiebre y a aliviar dolores de cabeza, musculares y la rigidez. La especialista recomienda que entre los medicamentos para controlar dolor, los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), además de tener un efecto analgésico, también reducen la inflamación, lo cual tiene un doble beneficio. Ejemplo de ellos son los que tienen como sustancia activa Naproxeno sódico, como Flanax”.
“Debido a estas características, el Naproxeno sódico está indicado para reducir la inflamación después de torceduras, ante cólicos menstruales, dolores dentales, golpes, infecciones en vías respiratorias y dolores musculares, entre otros problemas. En particular, que el Naproxeno se encuentre como sal sódica permite atacar las molestias más rápidamente, pues se absorben con mayor velocidad, explicó la experta.
El uso adecuado y responsable de estos medicamentos permiten que el sufrimiento, en la mayoría de los casos, deje de ser una carga con importantes consecuencias. Y es que convivir con algún malestar no es sinónimo de valor; por el contrario, puede trastocar múltiples aspectos de la vida interfiriendo con las actividades diarias, trastornando el sueño y los hábitos alimenticios, alterando el desempeño laboral y causando depresión y ansiedad. Por ello, atacar el dolor no es algo superficial, sino una decisión de vida para mejorar la salud física y mental”, subrayó la especialista.
La experta comentó que los analgésicos OTC son excelentes aliados contra el dolor, siempre y cuando el paciente siga las instrucciones impresas en la etiqueta. “Si persiste el dolor, aconsejó, es muy importante acudir al médico, ya que puede generarse por problemas que requieren un manejo del especialista”, concluyó.