La pesca y acuacultura de México demandan la descentralización y una ordenación efectiva, que rompa con la interminable corrupción y permita al sector el lugar que le corresponde dentro de la economía nacional, señaló el senador Ernesto Ruffo Appel presidente de la Comisión de Pesca del Senado de la República. En charla con Siempre!, el también integrante de las comisiones de Marina y Asuntos Fronterizos apuntó que “se requiere una nueva política pesquera, porque es menester que se respete a los usuarios en términos de consumo adecuado, accesible y nutricional”.
Por ello, de acuerdo con el legislador, es necesario que el tema deje de ser impuesto por la autoridad, que no tiene continuidad. Aun cuando existe la ley, esta cambia cada seis años, dejando las cosas truncas: alguien empieza un programa y no lo termina y luego todo se queda sin visión de largo plazo. La pesca es una cuestión de control, más que de fomento.
Acuerdos entre comunidades

Ernesto Ruffo y Melchor Arellano
Una medida efectiva para evitar el manejo central del sistema pesquero serían los acuerdos efectivos de operación entre las comunidades, a fin de que las cosas funcionen en armonía, así como una labor coordinada desde los centros de producción.
“Debo decir que hubo un entorno favorable en el pasado, donde el presidente Echeverría en los años 70, nacionalizó varias especies pesqueras como modelo ejidal en concesiones a cooperativas, que fueron entidades eminentemente sociales. Sin embargo, hoy tenemos una falta de cultura en cómo organizar los procesos de producción y comercialización de manera efectiva”, afirmó.
Para el legislador, las comunidades pesqueras mexicanas ya no pueden seguir sobreviviendo en el auto abasto, la explotación desordenada y los abusos. “Todo esto es una demanda de orden y por el funcionamiento eficaz y eficiente de la autoridad, que no ha ideado políticas públicas exitosas. Por el contrario, se ha visto mermada por la corrupción en los sitios pesqueros. No podemos dejar de reconocer que, existen buenos pescadores, familias nativas dedicadas a la captura, mientras otros se meten a cuestiones ilegales, particularmente de la droga”.
Y continúa: “Lamentablemente ha habido anuencia en corruptelas o encubrimiento de las autoridades a través de los inspectores de pesca (lo cual) ha generado el fenómeno de la mezcla entre verdaderos pescadores y pescadores ilegales, que no tienen permisos porque se brincan todo ordenamiento pesquero”.
Centros de descarga certificados

La pesca de camarón
El legislador adelantó que “tengo una propuesta de iniciativa, donde me refiero a la actividad pesquera que se concentra en el sitio de descarga, una porción muy grande de la operación, a mi juicio. Que sea un lugar que respete los lineamientos legales, pero que funcione por la misma congregación de pescadores, donde estos tengan continuidad, visión de mercado y buen desempeño, para romper con la corrupción. Concretamente, se trata de la creación de “centros de descargas certificados (CDCS), que obliguen a revisar quiénes son los verdaderos pesqueros certificados, ordenados por la voluntad política de la comunidad”, señaló.

La pesca: actividad crucial para el país
En términos de control, “hay una avalancha de controladores políticos del poder y el interés público es lo que menos les interesa. Así como la revolución fue traicionada, así se ve en los riesgos del pescador, que invierte lo poquito que tiene para que llegue otro autollamado ´pescador´ y le quite su permiso de pesca. Pensé en un plan donde la comunidad pesquera, de forma voluntaria, tenga una alianza en una asociación civil, se revise acorde a lineamientos y convenga con la autoridad y operen solo los que estén certificados. Confío en el interés esencial del pescador para que defienda su orilla, su mar, su familia, el orden pesquero y el certificado que lo ampare, que sea además internacional. A los pescadores y cooperativas, se les habla del proyecto y se emocionan, porque la política pesquera esta echa por funcionarios de escritorio, donde media el interés político”, puntualizó.