Gerardo Yong
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte ha operado como un mecanismo facilitador del comercio entre tres de las economías más importantes del mundo: México, Estados Unidos y Canadá. Según el presidente electo, Donald Trump, este convenio es uno de los peores que ha firmado ese país porque lo que anticipó que una vez que tome posesión de su gobierno, iniciará un proceso de análisis para renegociar o incluso declinarlo, pues bajo su perspectiva esta iniciativa, con más de veinte años en vigor, sólo ha traído importaciones injustas y un marco comercial inequitativo, además de que ha propiciado que las empresas emigren en busca de mano de obra barata, llevándose la inversión a terceros países que se ven mayormente beneficiados por la llegada de capitales de inversión, mientras que la población estadounidense se queda sin empleos. Trump señaló ante ello, que su intención también es regresar esos trabajos fundamentalmente en los sectores manufactureros y facilitar condiciones de negocios a empresas locales. La maestra en derecho y economía por la Universidad de Colombia en Nueva York, Beatriz Leycegui Gardoqui, comentó a Siempre! el impacto que tendría un posible renegociaciòn o eliminación del TLCAN para México.
A mes y medio de la toma de posesión de Donald Trump, preocupa la renegociación del tratado más importante que han tenido los tres países de América del Norte, México, en especial ¿qué tendría que renegociar?

Beatriz Leycegui Gardoqui
No debe plantearse como una renegociación. El TLCAN ha funcionado con unas disciplinas y un balance muy delicado que se logró en su momento, equilibrios que de moverse hoy en día, podrían generar que se pierda lo que se logró, lo que ya está y lo que ha dado certidumbre a los mercados durante tantos años. Sería una modernización del tratado que no se ha tocado en más de 20 años, donde hay espacios de mejoramiento y de introducir disciplinas que, con el tiempo, son necesarias para el intercambio comercial. Sí hay un espacio, tenemos que ser creativos para que puedan atenderse nuestros intereses, pero a la vez también están las preocupaciones o aspectos que Estados Unidos también está solicitando.
¿En qué aspectos se tendría que revisar esta situación?
Hay una agenda pendiente para avanzar en el tema de la coherencia regulatoria para que podamos homologar o reconocernos mutuamente en nuestras reglamentaciones técnicas, es decir, los requisitos que deben cumplir los productos cuando se introducen al mercado mexicano o estadounidense. Hay un gran espacio hoy en día y no son los aranceles, sino precisamente estas reglas que se tienen que cubrir, entre más sean uniformes, más fácil será para las empresas hacer comercio. Se refiere a la facilitación del comercio, que tiene que ver con la cooperación aduanera, acuerdos en documentos únicos para exportar y facilitarle a los apoyadores en la frontera, para que puedan cruzar más rápidamente, para que sus productos y su personal en Estados Unidos, puedan trabajar de manera fluida.
Hay quienes dicen que las crisis son también momentos de oportunidad, ¿es lo que deberíamos ver respecto a la decisión de Trump?
Ha sido parte de la agenda de la frontera del siglo XXI, que no se ha tratado bien y que tanta falta hace: infraestructura fronteriza para que haya un tránsito más rápido en general. Hay temas como la anticorrupción donde los dos países queremos mejorar, tanto para interés de Estados Unidos como del nuestro. Los temas laboral y ambiental, donde puede haber avances como los hubo en el acuerdo transpacífico. Temas nuevos como son el comercio electrónico, atender las agendas de las Pymes, revisar temas de inversión, en cómo opera el mecanismo de inversión de protección a la inversión extranjera, en fin, hay espacios de mejoras en los que, sí hay voluntad política por parte de ambos países para mejorar las condiciones y para que el beneficio sea de mutuo interés se lograría crear un mejor sistema ganar-ganar.