POR TEÓFILO TORRES CORZO*

Una de las relaciones más añejas que México mantiene con los países del mundo es con Japón, con una historia de más de 400 años. Desde entonces y hasta nuestros días se han realizado esfuerzos mutuos por seguir fortaleciendo nuestros vínculos en diversos ámbitos que van desde el comercial hasta el cultural.

Actualmente, la estrecha relación que comparten México y Japón puede verse reflejada en la firma de tratados como el Acuerdo de Asociación Económica, la gran cantidad de empresas automotrices que trabajan en territorio nacional entre las que destacan Nissan, Toyota, Honda y Mazda; las aportaciones a la vida cultural del país por parte de la comunidad nikkei; los intercambios técnicos y estudiantiles cada vez mayores entre ambos, etcétera.

México constituye uno de los principales socios comerciales de Japón en América Latina, y Japón es el principal mercado para las exportaciones mexicanas en Asia. No obstante, las nuevas dinámicas de la era global en que vivimos hacen imposible que las relaciones diplomáticas tradicionales comprendan en su totalidad los vínculos que existen entre México y cualquier otra nación, incluido el Japón. Por tanto, el intercambio entre naciones también es llevado a cabo por millones de personas alrededor del mundo gracias a la tecnología.

En el caso México-Japón, los nuevos intercambios comenzaron a darse a partir de la segunda mitad del siglo pasado con la llegada a territorio mexicano de productos culturales como el manga y el anime. Hoy en día, estos productos no sólo no han perdido su popularidad sino que se consumen más, sobre todo por las generaciones más jóvenes quienes han dado paso a la conformación de la cultura otaku en nuestro país.

Después de Brasil, México es el segundo consumidor latinoamericano más importante de las industrias culturales japonesas. Prueba de ello es el papel destacable que ocupa dentro del World Cosplay Summit, el concurso más importante en este ámbito a nivel mundial celebrado cada año en la ciudad de Nagoya.

Por todo lo anterior, el tema de las industrias culturales japonesas debe ser abordado y estudiado, pues hasta la fecha no existen investigaciones a profundidad sobre la influencia que productos como el manga o el anime tienen en las nuevas identidades urbanas que conforman a nuestra nación ni el impacto económico que generan.

En este sentido, en la Comisión de Relaciones Exteriores, Asia-Pacífico, entendiendo la gran importancia que tiene el fenómeno otaku para los jóvenes mexicanos así como su relevancia en el mercado nacional, llevamos a cabo el Ciclo de Conferencias sobre Cultura Japonesa Contemporánea, el 26 de octubre pasado, en las instalaciones del Senado de la República, con el objetivo de dar a conocer el gran potencial económico que poseen las industrias culturales japonesas en nuestros días.

Los jóvenes asistentes pudieron profundizar sus conocimientos sobre la cultura japonesa contemporánea gracias a ponencias como la del Maestro Alejandro Gutiérrez y la de la Doctora Luz Olivia Domínguez, quienes hablaron sobre la cultura otaku en México y su desarrollo en la actualidad. Además, se acercaron a la situación actual de la producción, distribución, creación y consumo de manga en nuestro país y, finalmente, escucharon las experiencias de personas que hacen del cosplay no sólo su estilo de vida, sino su trabajo.

Con este evento se buscó estrechar los vínculos culturales entre México y Japón para seguir construyendo un camino juntos, ya que la destacada relación comercial entre ambos hace imprescindible el acercamiento cada vez mayor entre el pueblo mexicano y el japonés.

*PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES ASIA-PACÍFICO.

Columna México en el Mundo