Centenario de su natalicio
Por José Alfonso Suárez del Real y Aguilera
El cuidado despierta y aviva la memoria.
Fray Francisco Arias
Por avatares del destino, la primera mujer en ocupar un sitial en la Academia Mexicana de la Historia, la Dra. Clementina Díaz y de Ovando, nació en Laredo, Texas, el 7 de noviembre de 1916, y ese mismo destino facilitó el retorno de la pequeña Clementina a la capital de la república, precisamente a la colonia Santa María, en donde sería estudiante de la Escuela Primaria anexa a la Escuela Normal de Maestros y en la Secundaria 8, fundada el 21 de abril de 1930 en un vetusto inmueble ubicado en la avenida San Cosme.
Su paso por la Escuela Nacional Preparatoria la involucra en el extraordinario proceso plástico que se registró en aquellos años de la mano de los muralistas que plasmaban el discurso pictórico de la patria en los viejos muros exconventuales.
Matriculada en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, recibió su título de licenciatura en 1939, año precedido por la expropiación petrolera y el arribo de los primeros refugiados republicanos a una ciudad hospitalaria y solidaria que abre la academia a los recién llegados.
Su profunda vocación docente la llevó a integrarse como maestra de letras españolas en las preparatorias 2, 3 y 5, así como en la Escuela Superior de Comercio y Administración del Instituto Politécnico Nacional, fundado por el general Cárdenas.
A la par de sus actividades magisteriales, su curiosidad, disciplina y rigor académico le aseguró en 1943 su ingreso como ayudante de investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, institución en la que, de la mano de don Manuel Toussaint y don Justino Fernández, recibió la enseñanza y los estímulos que hicieron de ella una de las más reconocidas especialistas del arte novohispano del planeta.
Por méritos propios ocupó la Dirección General del Instituto Investigaciones Estéticas de 1968 a 1974 y fue invitada a participar en el Instituto de Investigaciones Históricas de la propia UNAM de 1975 a 1978.
En 1974 fue la primera mujer en ocupar un sitial —el número cinco— en la Academia Mexicana de Historia, y en 1983 fue nombrada miembro numerario de la Academia Mexicana de la Lengua, e invitada a vicepresidir la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México, una de las primeras organizaciones sociales en apoyo a la conservación y puesta en valor del patrimonio monumental de nuestra ciudad y de nuestra república.
A su sentido fallecimiento, el 18 de febrero de 2012, la doctora Clementina Díaz legó un innumerable acervo propio conformado por reconocidas obras como El Colegio Mexicano de San Pedro y San Pablo, La Escuela Nacional Preparatoria. Los afanes y los días, La Ciudad Universitaria. Reseña histórica, 1929-1955, o su análisis sobre La postura de México frente al patrimonio arqueológico nacional.
Parafraseando al asceta andaluz Fr. Francisco Arias, la doctora Díaz y de Ovando significa para nuestra ciudad ese amoroso cuidado que aviva y despierta su memoria.

